Una propuesta sobre la crisis de la UT

Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo

En el ámbito universitario se escucha una tormenta de propuestas que tienen por objeto aportar a la superación de la aguda crisis por la cual atraviesa la Universidad del Tolima, institución que hace presencia en 23 departamentos del país.

La matrícula que pagan semestralmente los estudiantes tiene un gran peso en los recursos que percibe la Universidad, en consecuencia, la disminución de la matrícula afecta el presupuesto y pone en riesgo la estabilidad y funcionamiento de la institución.

Entre 2011 y 2015, la disminución de la matrícula es del 54 por ciento, tendencia que se mantuvo en el cuatrienio 2012 - 2015, con disminución del 39.7 por ciento. Esta situación se da debido al interés en el cumplimiento de exigencias del Estado y en consecuencia, de alcanzar la Acreditación de Alta Calidad. Porque deben todos saber que las universidades que alcanzan dicha meta cuentan con mayores posibilidades, más recursos y oportunidades para ser seleccionadas en programas y proyectos del Ministerio de Educación; la posibilidad de continuar con la oferta de licenciaturas en educación, por ejemplo.

Ante este hecho, la Universidad plantea la disminución de la cobertura y exige mayores requisitos, semejantes a los de la modalidad presencial, sin tener en cuenta que la disminución de la matrícula abre un hueco financiero tan fuerte, que hoy muestra el resultado.

Indiscutiblemente, la Universidad está ante un dilema: cobertura o calidad. Me atrevo a decir que es posible y viable hablar de cobertura con calidad, pese a que el Consejo Nacional de Acreditación hace exigencias mayúsculas, como mayor número de docentes de planta propios para cada programa.

Sin embargo, el incremento de la población estudiantil, además de hacer parte de la razón de ser de la Universidad en su modalidad a distancia, es una alternativa para superar la actual situación de la UT.

Vuelvo a referirme a la disminución de la matrícula y preciso que los 14 mil 528 estudiantes que dejaron de matricularse en los últimos cuatro años podrían dar seis mil 273 millones de pesos adicionales, como resultado de multiplicar el valor promedio de la matrícula entre presencial y distancia, por semestre, que corresponde a 431 mil 837 pesos, puesto que a distancia la matrícula corresponde a un salario mínimo legal vigente, y que con un interés de inclusión, equidad e igualdad, en el trienio anterior, a los estudiantes de Ingeniería de Sistemas se les niveló de 1.75 a un salario mínimo legal vigente.

El dinero recaudado que ingresará por matrículas se aproxima al valor de la nómina mensual, que asciende a cinco mil 698 millones 656 mil 961 pesos, según cifras oficiales.

Estoy segura de que existen otras alternativas que pueden contribuir a superar la situación, pero los cálculos planteados atenúan la situación, sin que se deje de buscar la Acreditación Institucional.

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