Otra vez el volteo de tierras

Nelson Germán Sánchez

El pasado 24 de julio en este mismo espacio me referí al llamado volteo de tierras. Una forma de corrupción de funcionarios públicos como alcaldes, concejales, secretarios de despacho, con la anuncia de notarios, curadores y constructores de las ciudades, como una manera de cambiar el uso de la tierra de forma mágica.

Además, de ir incorporando predios tradicionalmente rurales, cercanos a los linderos urbanos o zonas intermedias, a franjas urbanas para permitir su loteo y la construcción allí de vivienda o de lugares para prestar servicios.

Desde mayo la Fiscalía General de la Nación había advertido esta nueva línea de corrupción sobre la cual poco se había actuado, pero que representa miles de millones de pesos en coimas y negociados, porque se trataba de que con apariencia técnica y de estudios sobre la tierra, los Planes de Ordenamiento Territorial –POT- fueran cambiados, modificados sus usos, movidas las franjas urbanas, ampliadas las cotas de servicios públicos, especialmente el agua, con la aprobación por parte de los concejos municipales ya fuera por iniciativa de las administraciones locales o de las mismas comisiones del cabildo.

El valor de una hectárea o una franja de tierra rural pasaba a valer tres y cuatro veces más de un momento a otro, luego de la aprobación del POT y del visto bueno de la autoridad ambiental respectiva, o sea de las corporaciones autónomas regionales. Un metro cuadrado que podría valer 30 mil pesos pasaba a valer 120 mil pesos al convertirse en zona urbana y tener derecho a que se le llevarán las redes de agua, energía eléctrica, alcantarillado, gas y mejora de la vía.

Traigo de nuevo a colación el tema porque la semana anterior el mismo alcalde de Ibagué, Guillermo Alfonso Jaramillo, lo sacó a la luz pública, al decir que había un negociado más grande que el de los Juegos Nacionales en Ibagué, que no se había denunciado aún ni investigado. Pero debe contradecirlo y corregirlo, pue sí se había denunciado, en este mismo espacio llamamos la atención sobre lo ocurrido no solo en el cuatrenio de Luis H, si no desde hace por lo menos 20 años en la ciudad, cuando se fueron incorporando predios y dando permisos y licencias de construcción en la zonas de Ambalá, El Vergel, Boquerón, Picaleña, El Salado, Calambeo, entre otros.

¿O a qué se debe el boom de la construcción sobre todas estas zonas en los últimos años? ¿en la vía al aeropuerto Perales, El Totumo, Rovira y veredas como Aparco? Preguntémosles a los exsecretarios de Planeación desde Carmen Inés a la fecha. Los fueques que fueques seguramente saldrán a la luz pública, porque algunos de ellos mismos aparecen hoy como flamantes constructores, socios de empresas constructoras o dueños de predios en zonas que fueron beneficiadas con esos empujoncitos del progreso desde el POT ibaguereño o alguna modificación sobre los mismos.

Se le abona a Guillermo Alfonso Jaramillo, que haya puesto el tema de nuevo en el debate público, pero deja un muy mal sabor que lo haga precisamente cuando su hermano el ex senador, ex candidato a la Gobernación, abanderado político de la campaña de Luis H Rodríguez a la Alcaldía en su momento, fue señalado directamente por el principal testigo del robo descarado de los recursos a los Juegos Nacionales de haberse beneficiado de negocios de remoción de escombros de esos escenarios.

Lo que pedimos hoy es que ojalá tanto en el tema de los frustrados escenarios ibaguereños de los Juegos Nacionales, la Fiscalía siga investigando pormenorizadamente para conocer qué políticos y de qué nivel se beneficiaron, que funcionarios públicos, qué personas del sector privado y gremial estuvieron involucrados para que podemos sentir un respiro de justicia con sus condenas y con qué devuelvan la plata que se llevaron.

Igualmente, que, en este caso del llamado volteo de tierras en Ibagué, el fiscal y el procurador General pongan sus ojos aquí con detalle, como ya se dice en Bogotá que los están poniendo, pero no solo para el periodo de Luis H. Rodríguez, que es la punta del iceberg, si no en por lo menos 15 o 20 años atrás. Seguramente muchas sorpresas nos llevaremos y la lista de los nombres de los involucrados se hará tan larga que no cabrá en una columna como éstas.

-GERSAN-

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