Goya en Colombia

Benhur Sánchez Suárez

No es la primera vez que Francisco de Goya y Lucientes está en Colombia. Las obras del genial pintor nacido en Fuendetodos (1746), España, que hacen parte de su maravilloso legado en el arte del grabado, estuvo exhibida en la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, Bogotá, 2008, específicamente la serie “Los desastres de la guerra”, que reflejan su visión y posición frente a la guerra de liberación de España del imperio Francés, encabezado por Napoleón. El conjunto de grabados revelan su amarga reflexión sobre la guerra y su uso del humor para criticarla. La carpeta la elaboró entre 1810 y 1814, pero fue publicada sólo hasta 1863.

La exposición en Bogotá estuvo adobada por un escándalo pues se extravió uno de los grabados, felizmente rescatado en un anticuario de la ciudad adonde lo llevó el avivato ladrón.

La segunda vez es esta, para fortuna y orgullo nuestros, alojada en el Museo de Arte del Tolima, MAT, hasta el 31 de diciembre, gracias a la gestión del presidente de su junta directiva, el pintor Darío Ortiz Robledo. En esta oportunidad la muestra se centra en el conjunto de grabados agrupados bajo el título de “Los caprichos”, elaborados por el maestro español durante los años 1796 a 1798 y publicados en 1799. Son cerca de 70 grabados donde podemos apreciar la depurada técnica utilizada por el maestro para lograr efectos maravillosos que presagian la modernidad en su trabajo artístico.

Pero lo que más debemos apreciar es el contenido que, palabras más, palabras menos, retrata una sociedad que se siente como la nuestra, tanto, que pareciera no haber transcurrido los doscientos veintitrés años que separan su tiempo del nuestro. Sociedad vacía, de clases altas banales y hedonistas y clases populares ignorantes, conformistas, entregadas como borricos al capricho de sus amos.

Importante resaltar que Goya recurre al humor, a la ironía y a enmascarar personajes, pues la época en que trabaja su colección es de represión política y castigo social para quienes no se acojan al régimen imperante.

También es importante resaltar sus aportes a las técnicas del grabado toda vez que combinó sabiamente las aguadas, el aguafuerte y la punta seca para lograr efectos sorprendentes. Al final de sus días, Goya experimentó con la litografía, el método más moderno de impresión de que se tuviera noticia por esos tiempos.

La exposición en el MAT la complementa una muestra de grabado latinoamericano, en la que se aprecian obras de Jesús Rafael Soto y Carlos Cruz-Diez, venezolanos, y Edgar Negret, Eduardo Ramírez Villamizar y Álvaro Barrios, colombianos, entre otros.

La entrada es gratis. No debería serlo. Pero hay que aprovechar el momento que, gracias al MAT, nos deja conocer el Museo Goya entre nosotros, sin necesidad de viajar a Madrid.

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