La novela histórica de rasgos biográficos es un recurso pedagógico, que en los niveles de educación media y superior, incluso en lo que debe ser el permanente y continuo esfuerzo educativo, puede ayudar a lograr simultáneamente varios objetivos virtuosos en beneficio de la formación integral de los actuales educandos, como cultivar el gusto por la literatura, afinar el criterio histórico y afilar el discernimiento político.

Escritores  colombianos como Víctor Paz Otero, Mauricio Vargas, Samuel Jaramillo y nuestro ilustre paisano William Ospina, entre otros valiosos autores, han logrado el virtuosismo, en varias de sus creaciones literarias de factura biográfica sobre personajes tales como Miranda, Bolívar, Santander, Sucre, Caldas, Tomás Cipriano de Mosquera, de exponer el perfil humano de sus protagonistas al mismo tiempo que hacer una rigurosa descripción de los contextos culturales, políticos y económicos en los que estos personajes acataron su ineluctable destino de existir e intentaron con creces la libertad de ser.

Nuestros docentes de literatura y de historia en Colombia y en particular de nuestro departamento del Tolima, con el apoyo de nuestros medios escritos y radiales, con vocación y compromiso cultural, podrían apostar a una aventura pedagógica, una especie de expedición literaria, histórica y política que recoja el acervo creativo de los autores arriba mencionados a la par de importantes esfuerzos de autores tolimenses que, como Carlos Orlando Pardo, para  poner sólo un ejemplo, han buscado hacer el perfil de nuestros más conspicuos personajes históricos, como Murillo Toro, López Pumarejo y Dario Echandía, apelando a la estética literaria.

Una expedición lúdica, estética, amorosa en medio de textos tales como En Busca de Bolívar, de William Ospina; Francisco de Miranda ¿soñador de absolutos?, Bolívar, Delirio y epopeya, Las penumbras del General, vida y muerte de Francisco de Paula Santander, El demente exquisito, vida estrafalaria de Tomás Cipriano de Mosquera, todas estas obras del prolífico escritor payanes Víctor Paz Otero; Diario de la Luz y las Tinieblas, Francisco Joseph de Caldas, de Samuel Jaramillo, y El Mariscal que vivió de Prisa, sobre vida y obra de Antonio José de Sucre, de Mauricio Vargas Linares, podrían ser el primer abrebocas para inaugurar desde el Tolima, y para Colombia, una especie de conspiración pedagógica entre nuestros profesores de literatura, de historia, nuestros jóvenes y líderes de nuestros medios culturales para empezar a vivir leyendo, leer viviendo, sobre la vida y obra, cuitas y luchas, triunfos y fracasos de los grandes de nuestra historia.

Propongo, para empezar, una invitación al Tolima a estos ilustres escritores, por parte de nuestras autoridades culturales y educativas, de nuestros estamentos universitarios y colegios, de nuestros medios culturales, para que nos convoquemos todos alrededor de esta expedición histórica, literaria y política. Con toda seguridad aflorarán trabajos que muchos de nuestros educadores, escritores e historiadores vienen haciendo sobre los hombres y mujeres que han forjado nuestra identidad de tolimenses, de colombianos y de latinoamericanos. Hagamos, de este propósito, una empresa común.