La cumbre de la frivolidad

La Cumbre de las Américas fue concebida por la OEA como un espacio para que se reúnan los presidentes y jefes de estado de los países americanos y discutan sus problemas comunes, en busca de soluciones. La primera de ellas se celebró en el año 1994 en Miami, y la última acaba de culminar en la ciudad de Cartagena.

Como es tradicional en las reuniones donde asisten los Estados Unidos, las decisiones siempre tienen que ver con su postura.

En Cartagena se opusieron a la presencia de Cuba, como si este país no hiciera parte de la geografía y la historia del continente americano.


También le negaron el apoyo al derecho de la defensa del territorio argentino contra los invasores ingleses y, finalmente eludieron la discusión de la legalización de la droga.


Los anteriores, que fueron los temas importantes de la cumbre, pasaron a un segundo plano y, los medios de comunicación se dedicaron a hablar de frivolidades y anécdotas intrascendentes para captar la atención de una sociedad incauta, que terminó hablando de  un burro con que, un desocupado exalcalde de Turbaco, intentó encartar a la diplomacia norteamericana.


El pollino vio frustrado su viaje a USA, a pesar del anuncio de la ampliación a diez años de la visa para los colombianos. Su dueño llegó hasta el paroxismo, porque recibió de puño y letra del propio presidente los agradecimientos por su desprendimiento.


Las figuras hieráticas de los agentes del Servicio Secreto de los Estados Unidos recorrieron el mundo por haber claudicado en los brazos de prostitutas cartageneras, violando todos los códigos de seguridad, hecho que aprovecharon algunos políticos oportunistas del partido Republicano para lanzarles duras críticas a sus opositores. La senadora Collins, por ejemplo afirmó que llevaría las investigaciones hasta encontrar la verdad.


Incluso la actuación de Shakira sirvió para desviar la atención del fracaso de esta cumbre. Parece que la barranquillera ha ido perdiendo sus raíces colombianas y como ciudadana del mundo habla varios idiomas que se le agolparon y enredaron en el momento de cantar el himno nacional, de ahí su “Lapsus lingue”.


La estrategia para enmascarar el fracaso funcionó. No se llegó a ningún acuerdo, pero aquí seguimos hablando de si Obama vistió o no guayabera; si quedó contento con el plato de salmón; si el burro de Turbaco quedó muy deprimido por el desprecio; si eran prostitutas o excelsas damas las visitantes a los hoteles de la seguridad, o si la presidenta argentina quedó sonriente en la foto;  mientras tanto la miseria, el desempleo, la marginalidad, el consumo de drogas y muchos otros problemas, siguen agobiando a los países americanos con la complicidad de sus gobernantes.

Credito
LIBARDO VARGAS CELEMIN Profesor Titular UT

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