Toda feria es una fiesta, por eso hoy comienza en Bogotá la gran celebración de la inteligencia, la creatividad y la innovación. Miles de libros se exhiben en los anaqueles a la espera del lector que devore sus párrafos con la fruición y el entusiasmo de encontrarse  todavía con el libro físico, hecho de papel y tinta, el mismo al que han condenado a muerte los sacerdotes del consumismo y que, aunque no lo quieran, va a tener tan larga vida como la humanidad.

Hoy abre sus puertas al público la XXVI Feria Internacional del Libro de Bogotá, que tiene como país invitado a  Portugal y, por supuesto, a cientos de editores, libreros y escritores de muchos países. Es una cita ineludible para quienes amamos la literatura y nos emociona la contemplación de carátulas y solapas que hablan del hombre y sus aventuras, sus cuitas, sus frustraciones y sus sueños.

Esta cita anual, además de brindarnos la oportunidad del reencuentro con amigos  y conocidos, nos llena también de satisfacción, por cuanto vemos como se visibilizan esfuerzos de personas y entidades que le apuestan a la edición de textos y, como ese viejo hidalgo de rostro enjuto que se asoma con su lanza  a las páginas de los libros, sobre todo de caballería, no pretenden llenar sus alforjas de monedas, sino poder compartir con alguien la belleza de la palabra escrita , la contundencia de los argumentos, la precisión del funcionamiento de los artefactos o las historias que nos estremecen.

El Tolima va a tener una presencia importante en esta feria. A los estand tradicionales como el de la Gobernación, el municipio del Líbano (infaltable animador cultural) la “Editorial Caza de libros” con su nueva propuesta de autores universales, se suma ahora la Universidad del Tolima que, con su sello editorial recién reconocido por Colciencias y su fondo de más de ochenta títulos, tendrá un espacio de cuarenta y cinco metros cuadrados.

La oferta académica de la UT. cubre diversas disciplinas que van desde los temas agropecuarios, hasta las reflexiones filosóficas, los estudios sociales y la literatura. La mayoría de los libros son resultados de los grupos de investigación  o de las convocatorias institucionales que se realizan. Para poder acceder a la publicación estos textos debieron ser sometidos al arbitraje de pares externos, quienes realizaron la valoración de los contenidos y les dieron el visto bueno  a los mismos. 

A la feria hay que ir, porque además de libros hay una serie de conferencias y  seminarios de gran importancia  para quien quiera mantenerse informado. Estos  quince días serán entonces de fiesta, pero una fiesta especial, donde el epicentro es el libro, con todas sus  posibilidades.