Un guía de perverso origen

Profesor Titular Ut

El desarrollo de la tecnología presenta grandes sorpresas, pues no siempre el objetivo inicial de los inventos se cumple cabalmente y en otras ocasiones este va archivando, instrumentos y prácticas que constituyeron la base del conocimiento y permitieron avances significativos en el pasado. Hoy por ejemplo, poco a poco van pasando a un segundo plano e incorporándose a otros mecanismos, artefactos como la brújula, orientadora de marineros, cazadores y caminantes, ahora un poderoso artefacto que no solo nos marca el norte, sino también suministra una cantidad de información que permite localizar, personas, objetos, recorridos y demás datos importantes para el viajero.

Aunque este invento viene desde la posguerra, fue a partir de 1995 que se inició su proceso de masificación para uso de la población civil, porque este proyecto se inició como un arma militar, por eso paradójicamente ha sido el Departamento de Defensa de los Estados Unidos el encargado de su perfeccionamiento, con la competencia de los chinos, europeos y rusos.

El famoso GPS (Global Positioning System) que se instala como aplicación en los celulares de alta gama, dispositivos de autos, naves e incluso para peatones, se tomó el mercado mundial a partir del 2012, en una nueva guerra, la del consumismo.

Ahora se convirtió en guía de quienes viajan por el mundo entero con una precisión tal que el margen de error es de solo centímetros.

El proceso tecnológico es complejo para los legos en la materia. La base de él es la triangulación satelital.

Existen en el espacio más de 20 satélites habilitados para este proyecto, que suministran información mediante operaciones geométricas y matemáticas que logran precisar la ubicación y la corrección del tiempo, inclusive con la aplicación de la formula de la relatividad de Einstein.

Los mapas turísticos se volvieron anacrónicos con la presencia de estos mecanismos sobre el parabrisas. Inclusive los anuncios viales son más precisos en un GPS, que las que colocan las autoridades de tránsito.

Ya no hay que buscar afanosamente el letrero que indique cuantos kilómetros faltan para llegar a determinado sitio, porque el omnisciente GPS nos lo dice con otros datos agregados como tiempo que resta de camino, valor del próximo peaje, punto de interés (restaurantes, hospitales, bancos, etc.), todo en una pantalla de cinco pulgadas.

El GPS comienza a ser parte del equipamiento de los autos. Una cálida voz femenina, con acento español estará indicando que a doscientos metros debe girar a la izquierda y seguir 1.5 kilómetros en forma recta. Si no se hace caso, la voz impasible le dirá que está recalculando y lo encarrila de nuevo.

Las ironías de la tecnología, el GPS pasa de instrumento de muerte a guía de viajeros.

lcelemin@ut.edu.co

Credito
LIBARDO VARGAS CELEMIN

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