Un siglo del canal de Panamá

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Este viernes se cumplirá un siglo de funcionamiento de una de las grandes proezas de la ingeniería mundial. El 15 de agosto de 1914 navegó por primera un barco de carga, Ancón, de nacionalidad norteamericana que, siguiendo las esclusas recién construidas, pasó por entre las selvas panameñas hasta completar el recorrido entre los dos océanos (Atlántico y Pacífico) y abrir de esa manera una ruta que ahorra miles de kilómetros entre América y los otros continentes.

La idea no era nueva, ya Carlos IV, en 1524 había intentado explorar esta posibilidad, pero debió desistir, según la publicación “Focus Panamá”, por las precarias herramientas con que contaban. En 1880 los franceses lo intentaron con el Conde de Lesseps, constructor del canal del Suez, pero la malaria y los problemas económicos le hicieron abandonar este empeño.

Fueron los norteamericanos quienes lograron el propósito, luego de una de sus primeras maquinaciones imperialistas. Apoyaron e impulsaron la separación de Panamá de Colombia y cuando obtienen en 1903 su gran triunfo político, reciben a cambio como gran premio, la autorización para terminar el canal y así adueñarse de la llamada “Zona del canal” y convertirlo en el primer enclave colonialista, práctica que ser volverá una costumbre con el paso del tiempo. Sin embargo a lucha posterior del pueblo panameño presionó la entrega de esta obra y en 1979, el general Torrijos firmó con Carter el tratado que se materializó a comienzos del siglo XXI.

El Canal de Panamá ha sido un lugar muy estratégico desde el punto geopolítico, aunque de esto último poco se habla, por ejemplo de las bases militares. El énfasis se hace desde el punto de vista comercial, del ahorro que representa llevar miles de contenedores de un continente a otro sin dar la vuelta al Cabo de Hornos.

Pero el canal de Panamá, diseñado para cargueros de cierta capacidad, se ha quedado pequeño con el avance de la industria de los cargueros, por ello se inició, previa consulta popular, la ampliación de las esclusas, obra que permitirá que barcos de gran calado pasen por allí y se logre aumentar de catorce mil barcos anuales de distintas nacionalidades a dieciocho mil. Esta obra estará concluida en diciembre de 2015.

Según los analistas, uno de los países beneficiados será, paradójicamente Colombia que, luego de recibir una pingüe indemnización por el istmo que le cercenaron a su territorio, ahora tendrá la oportunidad de ampliar sus exportaciones , sobre todo de carbón a la China, que en diez años podrá llegar a unos 200 millones de toneladas, a un menor costo.

Sin el ánimo de aguarles la fiesta a los panameños habría que reflexionar ¿hasta qué punto la administración del canal es un buen negocio para ellos, a pesar de las exoneraciones que pactaron con los norteamericanos?

lcelemin@ut.edu.co

Credito
LIBARDO VARGAS CELEMÍN

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