La extraña supervivencia de un best seller

libardo Vargas Celemin

En la más reciente edición del Diccionario de la Real Academia Española incluyó este anglicismo como palabra aceptada y la define lacónicamente como “libro o disco de gran éxito comercial”. Otros diccionarios le agregan características como su fácil lectura, captación de la atención del lector por su estilo y por su vocabulario sencillo y algunos le adicionan la banalidad de los temas que tratan y su condición de lecturas desechables, aunque esto último no es tan exacto, en tanto que obras recientes como ‘El nombre de la Rosa’, de Umberto Eco, han trasgredido este concepto y se han entronizado como clásico de la literatura contemporánea.

Existe una publicación que a finales de año y comienzo del siguiente inunda las calles y caminos de los países latinoamericanos con su color naranja, una carátula idéntica y abigarrada de información, entre la cual se encuentra el número del año al que corresponde y la aclaración de que los datos contenidos han sido calculados expresamente para la República de Colombia.

Su contenido es diverso, son solo 16 páginas con un tipo de letra menuda y datos sobre eclipses, fases de la luna, horóscopos, santoral, predicciones del tiempo y mareas, uno o dos poemas, humor y frases célebres. También presenta una peculiaridad y es la publicidad contenida en sus páginas, productos de una perfumería con sede en New York y que se han posicionado en los mercados latinoamericanos desde hace cerca de siglo y medio. En las páginas se anuncia El Tricófero de Barry, una pócima para evitar la caída del cabello; el Jabón de Reuter, para el baño diario, y su complemento, El agua florida de Murray & Lanman’s.

Esta publicación, conocida como el Almanaque Pintoresco de Bristol, es el best seller que desde hace 184 años llega con su carga de presagios y vaticinios y se distribuyen cinco millones de ejemplares venidos de Nueva York y circulados en América Latina.

Por ejemplo una ojeada a su contenido predice, para el periodo comprendido entre el 15 y el 21 de enero lluvias ligeras, cuando no ha llovido y, por el contrario, se han presentado las más altas temperaturas de la temporada. Eso sí hay que abonarle, las verdades de Perogrullo “tiempo fresco en las montañas del sur”. Y nos agrega que estos días no figuran como los mejores para la pesca, efectivamente porque ya no tenemos ríos con agua.

La extraña supervivencia de este best seller entre nosotros se podría explicar por las creencias atávicas que rigen las vidas de miles de personas y que se hermanan con la concepción de encontrar fórmulas facilistas para todas nuestras actividades, es decir dejarle nuestro presente y futuro, exclusivamente al pasado y al azar.

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