El desolado valle de la segregación

libardo Vargas Celemin

El 28 de agosto de 1963, Martin Luther King instaba a más de doscientos mil afrodescendientes en Washington DC a salir del “desolado valle de la segregación” y proclamaba en su famoso discurso “Tengo un sueño”, las posibilidades de alcanzar la verdadera libertad.

Hoy, más de cincuenta años después de proclamarse la “Ley de los Derechos civiles”, donde se prohíbe la segregación, los jóvenes “nigger”, siguen siendo víctimas de la acción violenta de los oficiales de policía, porque, como lo reconoce el propio presidente Obama “Del racismo no estamos curados”.

La semana anterior ocurrieron dos asesinados que muestran una vez más la brutalidad de la policía contra los afrodescendientes. Parece que los oficiales no han podido borrar de sus mentes atávicas, el considerar que pertenecen a una etnia superior y que pueden disponer de la vida de los otros.

El primer caso ocurrió en Paton Rouge, capital del estado de Luisiana, donde fue asesinado el pasado 7 de julio, un vendedor de discos compactos, Alton Sterling.

El hombre de raza negra tuvo un altercado con la policía que lo acusaba de haber amenazado a una persona blanca, con una pistola, según denuncia anónima. Un testigo presencial subió a la red un video donde muestra que después de reducirlo, un policía le disparó en cuatro ocasiones.

El segundo caso ocurrió en el estado de Minnesota, donde un vehículo fue interceptado por la policía. En el auto viajaba una mujer, su novio y una niña. Philando Castele, al ser requerido por el oficial, le comentó que él llevaba un arma y al buscar los papeles solicitados se inclinó a buscarlos en la guantera, momento en que el oficial le disparó, hiriéndolo de muerte. El caso fue filmado por su novia que no pudo hacer nada para salvarle la vida.

La muerte de estas dos personas ha despertado una serie de protestas en toda la nación. Varias han sido las refriegas que se han suscitado y siempre estas manifestaciones pacíficas han generado la violencia de la policía que, con gases pimienta, han intentado disolverlas.

Hay una foto icónica que está circulando en las redes sociales. En ella aparece una mujer afrodescendiente que desafía al escuadrón de policía, con su sola presencia.

Se creía que al llegar Obama, el primer presidente negro de la historia de los Estados Unidos, los problemas raciales disminuirían, pero ha sido todo lo contrario. Las fuerzas oscuras de los blancos han desatado una brutal represión. La respuesta no se ha hecho esperar.

Parece que los dos francotiradores que en Dallas, Texas, asesinaron el pasado sábado a cinco policías blancos, lo hicieron como parte de ese odio racial que continúa existiendo, en el desolado valle de la segregación.

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