Tolimenses de paso por los olímpicos

libardo Vargas Celemin

Mañana, cuando en Rio de Janeiro se evoque el ritual en homenaje a Zeus y la llama olímpica ilumine los rostros de los deportistas, solo uno habrá de recordar fugazmente su origen en este territorio donde, según el poeta William Ospina, “Manos esperanzadas/ dieron orden al quieto follaje del café/que cubre las colinas”.

Se trata de James Aurelio Rendón, quien nació en Fresno (1985), se hizo deportista en la Liga del Distrito y esta es su tercera participación consecutiva en los olímpicos, como marchista en los 50 kilómetros.

La lista de deportistas tolimenses que han asistido a olímpicos es muy precaria, al igual que sus resultados. Fue tal vez Pedro Jota Sánchez (Chaparral 1940), quien abrió la puerta, en 1968, en ciudad de México participó en la prueba de ruta ocupando el puesto treinta. Después vendría el pesista Lester Francel Bonilla (Armero 1950) estuvo en Múnich 1972.

Los pocos datos que se lograron obtener dan cuenta que el más joven de los participantes tolimenses en los olímpicos fue el nadador ibaguereño (1959) Helmut Levi Quintero, quien estuvo presente en las olimpiadas de Montreal 1976 y Moscú 1980. Este deportista se preparó en los Estados Unidos.

Arabelly Orjuela (Líbano 1988), estuvo presente en las olimpiadas de Londres 2012, donde compitió en los 20 kilómetros de marcha. Su preparación la hizo en Bogotá y pertenece a la liga de esta región. Con ella se cierra el número de tolimenses que han estado en las justas más importantes del deporte mundial. Lamentablemente ninguno de ellos ha inscrito su nombre en el pódium de su respectiva disciplina.

En Rio de Janeiro estará Ingrid Lorena Valencia Victoria, nacida en Morales, Cauca (1988) radicada en la ciudad de Ibagué desde 2010, quien viene de la Liga del Valle del Cauca, donde se inició como boxeadora y aquí entrenó bajo las órdenes del profesor Raúl Ortiz. A esta tolimense por adopción le deseamos que logre romper el mito de la sequía de preseas olímpicas en que nos hemos mantenido.

No son nuestros deportistas los responsables de sus resultados, de nada sirven las ganas, la disciplina y el entusiasmo frente a la técnica, el apoyo emocional, los recursos financieros, los implementos, las pistas, la confrontación permanente de alto nivel y tantas otras actividades que se requieren para forjar verdaderos campeones.

Cómo podemos pensar en tener deportistas de máximo nivel en una ciudad que le destruyeron los pocos escenarios que tenía, le robaron la esperanza de tener sitios de entrenamientos aceptables y a sus promesas las dejaron emigrar hacia otros lugares.

Si nuestra dirigencia no piensa en grande, jamás podremos aspirar a medallas, ellas corresponden a quienes, según el lema olímpico son “más rápidos, más altos, más fuertes”.

Comentarios