Justicia y salud

libardo Vargas Celemin

lcelemin2@gmail.com

A Horacio, poeta latino, le debemos la sabia sentencia de que “La justicia aunque ande cojeando, rara vez deja de alcanzar al criminal en su carrera”. Eso es lo que esperamos en el caso Saludcoop, luego de haber transcurridos más de tres años para que la Fiscalía haya realizado una vinculación directa a Carlos Gustavo Palacino, presidente de esta Eps, por el posible delito de peculado por apropiación, en uno de los 13 procesos que tiene en su contra.

Los colombianos habíamos asistido atónitos ante la inoperancia de la justicia. Durante el periodo del fiscal Montealegre se echó un manto de silencio sobre los indicios existentes frente a posibles actos de corrupción en la más grande empresa de salud del país. El fiscal no actuó por considerarse impedido, pues él fue el asesor de Palacino y recibió cerca de 6.200 millones por sus servicios. Se necesitó que se le venciera el periodo para que el funcionario que lo reemplazó creara una Unidad Nacional para retomar la investigación.

La Superintendencia Nacional de Salud ya había detectado graves fallas administrativas, contables, financieras y asistenciales, hechos que le valieron una multa a la empresa por cerca de dos billones de pesos, la cual no ha sido cancelada, y una inhabilidad por 18 años a Palacino.

Pero quedó por investigar la actuación de él como presidente ejecutivo, en delitos de desviación de recursos y creación de sociedades y empresas donde figuraba integrantes de su familia como socios.

Hemos sido demasiado “pacientes” frente a la prestación de los servicios de salud. Cuando se promulgó la Ley 100, un sector gremial y de la comunidad, denunció los riesgos de un posible monopolio y privatización del sistema. Pocos años después, con la aparición de una Eps cooperativa (Saludcoop), apadrinada por el gobierno de turno, se inició la carrera vertiginosa por convertirla en la más grande empresa en su género. Para ello renunció a su sentido de economía solidaria y se dedicó a generar empresas, algunas de las cuales no tenían relación con el objeto central de la salud.

El gobierno de Uribe propició el deterioro del Seguro Social y llegó hasta su liquidación, lo que favoreció a Saludcoop, que amplió a cerca de cinco millones de afiliados. Pero los malos manejos hicieron que esta entidad entrara en quiebra y también fuera liquidada, no sin antes pasar a sus afiliados a Cafesalud, una Eps nacida en el seno de la entidad cuestionada.

Con la vinculación de Palacino a esta investigación, no se va a solucionar el problema estructural de la salud del país, pero sí se va a dejar constancia de que la impunidad no siempre triunfa y que, como dice Horacio, así sea cojeando, la justicia se impone.

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