Más perdido que “Guacho”

libardo Vargas Celemin

En la década de los años treinta, se popularizó un dicho en los Estados Unidos y después en el mundo entero: “Más perdido que el hijo de Lindbergh”. Todavía se repite mecánicamente, cuando una persona desaparece y se busca por cielo y tierra sin que se obtengan resultados. Igual, ocurrió con Charles Lindbergh Jr., un niño de veinte meses que fue raptado de la casa de su padre, un ingeniero y aviador famoso que había realizado la proeza de ser el primer piloto que cruzó, sin escalas, el Atlántico, en un viaje solitario entre New York y París en 1927.

El final de esta historia fue dramática, ya que seis meses después encontraron el cadáver del niño enterrado a unos cuatro kilómetros de su casa. Sin embargo, el dicho siguió su curso hasta nuestra época, solo que ahora nosotros, por cuenta del Ministro de Defensa, tenemos nuestro propio personaje para reemplazar esa expresión gringa, por una más autóctona.

En Colombia existe una tradición de informaciones falsas sobre asuntos de orden público, proveniente de las mismas autoridades, apoyadas por los medios de comunicación. Si uno escucha los noticieros o lee la prensa, cualquier anónimo guerrillero que cae muerto en combate es el jefe de finanzas del grupo o si es un paramilitar raso dicen que era el jefe de la compañía o el segundo al mando, en un afán por mostrar supuestos resultados.

El escritor Arturo Alape ironizó esta práctica al publicar en el año 1972 el libro de cuentos “Las muertes de Tirofijo”, donde da cuenta de las innumerables veces que desde Bogotá, los oficiales del Ejército informaban sobre la muerte del guerrillero más viejo de Latinoamérica. Al poco tiempo, Marulanda aparecía dirigiendo un ataque a la Policía o respondiendo entrevistas. Finalmente, Marulanda muere de un infarto y no de “plomonía” como el mismo lo pronosticó.

Walter Patricio Arizala, más conocido como “Guacho”, es un disidente de la Farc, oriundo del Ecuador, que estuvo en este grupo desde el año 2007 hasta el 2016, cuando desertó y al parecer se llevó consigo unas 55 personas con las que configuró un frente que delinque en el sur del país, donde, según la inteligencia militar, fue el responsable del secuestro y muerte de dos periodistas ecuatorianos y de su conductor.

Hace unos días, más de cuatro mil hombres salieron a perseguirlo, luego de que el Ministro de Defensa hablará de que un francotirador lo había herido. Pasan los días, se gastan millones de pesos en el operativo y el personaje no aparece, como tampoco lo hacen las autoridades para dar alguna información.

Hasta hoy, de esta noticia solo nos queda el enriquecimiento de nuestra rica tradición oral con otro dicho: “más perdido que Guacho”.

lcelemin2@gmail.com

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