Dios sigue marcando el destino de la humanidad

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« °°° -«Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes. Entonces, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: -« ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido?, porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo». Mateo 2, 1-12.

Aprendemos a descubrir la manifestación de Dios en nuestras vidas. Ese es el motivo de la solemnidad que la Iglesia católica celebra: “La Epifanía del Señor”.

700 años antes de la Encarnación del Hijo de Dios, hubo un profeta que presentó al mundo el comunicado de Dios: Levántate y sonríe, Jerusalén, que ya llega tu luz y brilla en ti la gloria del Señor. Ese es el profeta Isaías, que descubre la Jerusalén futura, la imagen de la Iglesia iluminada por la luz, la estrella que desde el firmamento indica el camino y la razón por la cual todos los pueblos de la tierra adorarán a Aquel que nació para vencer el mal, el pecado, la muerte, etc.

En medio de la oscuridad y la desesperanza que muchas veces limita nuestros deseos, aparece una luz que establece nuestro eterno y definitivo horizonte. Una señal de esperanza abre las puertas a la transformación del mundo: “Aceptando el Evangelio, participamos en Cristo Jesús, de las mismas promesas que el pueblo de Israel”. 

La noticia es alentadora, lo fue en aquella ocasión para una nación como Israel, lo es para un mundo actual con tecnología, mensajería, redes, mundo instantáneo, que ha perdido la brújula de su timón. Dios vuelve a insistir, no basta con reconocer que Dios es importante, no basta con creer en Dios, es necesario, hay que creerle a Dios, levantar la mirada hacia la estrella de Belén, volver a las fuentes principales de la fe; es urgente hablarle a Dios de rodillas: “Y una vez en la casa, vieron al niño con María su Madre, cayeron de rodillas y le rindieron homenaje”.

La consigna es encontrar la luz verdadera, eso era lo que buscaban los magos, ellos lo lograron, porque se pusieron en camino, así lo explicó un santo padre de la Iglesia: «Los magos no se pusieron en camino porque hubieran visto la estrella, sino que vieron la estrella porque se habían puesto en camino» (cf. San Juan Crisóstomo). Dios sigue marcando el destino de la humanidad: ¿Cuándo será que nos vamos a poner en camino? Regresar nuevamente por los caminos de Dios. Una clave nos la da el Papa Francisco: ver y adorar. Son dos acciones que nos pide el Evangelio. “Cuida tu salud: Permite que Dios ilumine tu vida, con la luz del Espíritu Santo”.

Credito
JAIRO YATE RAMÍREZ

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