El reino de los cielos será accesible para los que hagan la voluntad de Dios

Jairo Yate Ramírez

Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña.” Él le contestó: “No quiero.” Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor.” Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre? Mateo 21, 28-32.

El apóstol es aquel creyente que gracias a un proceso de conversión y aceptación de la persona de Jesús en su vida, ha encontrado el camino que tanto deseaba. Ser un mensajero de Dios en el mundo. Debe ser alguien con la capacidad de desprendimiento; sacrificio, dedicación, perseverancia, buen escucha de la Palabra divina.

El apóstol no pierde el tiempo, aprovecha al máximo cualquier momento que se le presente para presentar el misterio de su maestro. El apóstol se realiza como apóstol: viviendo y anunciando la palabra de su señor. También sabemos que el señor es muy radical en su forma de llamar para que cumplamos una misión al interior de su reino (cf. Mateo 8, 21-22; Lucas 9, 61-62). La mayor exigencia del salvador del mundo es el camino de la cruz (cf. Mateo 10,38). Y un amor que sea superior a cualquier acto generoso y amoroso con nuestros semejantes (cf. Mateo 10,37).

Entre el momento de decir ‘Sí’ a Dios o decir ‘No’ a Dios, existe un ambiente de espera, de reflexión. Es una decisión demasiado seria. Algunos tardan en comprometerse con el señor, pero al final llegan a la conclusión de que ese es su camino, por ejemplo los casos bíblicos de: Nicodemo, la Samaritana, Zaqueo etc.)

La dificultad nace cuando algunas personas quieren dos cosas a la vez: les llama mucho la atención las cosas del señor, pero viven encantados con el ambiente donde viven. Humanamente es imposible servir a Dios y al pecado. No se puede decir Sí, y después No; lo más importante es decidirse y perseverar en la palabra empeñada. Aprender a hacer la voluntad de Dios no es fácil para quien no ha aprendido que el amor es la demostración del verdadero conocimiento de Dios.

El mismo Hijo de Dios reclama a sus seguidores su debilidad e impotencia ante el reino de su Padre celestial: -«Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron” (Mateo 21,32).

El apóstol Juan recomienda el camino de la Luz. Si una persona toma una decisión por los caminos de Dios, debe estar muy segura, debe gozar de la claridad de sus ideas; terminaría muy mal si en un primer momento dice ‘Sí’, pero nunca llegó, nunca cumplió, nunca se comprometió:

“Si decimos que estamos en comunión con Dios y caminamos en tinieblas, mentimos y no obramos la verdad” (1 Juan 1,6). Pero si decimos ‘Sí’ encontraremos lo que quiere Dios, nuestra propia salvación: “Si el malo se convierte y deja su maldad y hace lo que es recto y justo, salvará su vida” (Ezequiel 18, 28).

Cuida tu salud: Tendrás que aprender a decir ‘Sí’ y sostenerte en la verdad.

Arquidiócesis de Ibagué

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