“Lo mejor es enemigo de lo bueno”

Jairo Yate Ramírez

°°° Ante el anuncio del juicio divino, la gente le preguntó a Juan el Bautista: «¿Qué debemos hacer?» y él les respondió: «El que tenga dos túnicas que le dé una al que no tiene, y el que tenga alimentos, que haga otro tanto». °°° Lucas 3, 10-18. 

La alegría se convierte en la respuesta de la aceptación de los planes de Dios, en la certeza de que nuestra vida está en las manos de Dios y aprendemos a caminar según el Espíritu del Señor.  Él mismo lo anuncia, Él mismo lo conduce, Él mismo lo lleva a su plenitud. Él mismo envía su mensajero: “Es la voz que grita en el desierto”. La respuesta correcta la tiene el Bautista. Él es quien anuncia y predica, ¿Qué es lo que debo hacer?. La cultura quizás tenga otras respuestas: ¿Qué será lo mejor? ¿Cuál es el camino perfecto?. Otros piensan que tienen la solución perfecta, porque crean una falsa dicotomía: Creen tener la respuesta perfecta e infalible. Cuando se pretende la excelencia, se deja a un lado la eficiencia. 

Juan, el mensajero de lo bueno, propone tres respuestas: El principio de lo bueno, es la conversión. La Escritura enseña que Dios es bueno, demasiado bueno, rico en misericordia. (Cfr. Efesios 2, 4).   

Su primera respuesta es la caridad: “El que tenga dos túnicas que le dé al que no tiene”. °°° (Cfr. Lucas 3,11). Su segunda respuesta es la justicia: “No exijan nada fuera de lo establecido” (Cfr. Lucas 3,13). Su tercera respuesta es la No violencia: “A nadie extorsionen ni denuncien falsamente” (Cfr. Lucas 3,14). 

Conviértanse.  Así de sencillo, y tan difícil de aplicar en nuestra vida diaria.  ¿Qué debo hacer, para que el niño Jesús nazca en mi corazón? ¿Qué debo hacer para celebrar dignamente la navidad? ¿Qué debo realizar para sembrar el espíritu de navidad ante todos los que me rodean? Lo bueno es lo que enseña Dios como pasos preliminares para llegar algún día a alcanzar lo mejor.  Dijo un elocuente predicador: “Lo mejor es Dios, lo mejor es su Gracia, lo mejor es el perdón de Dios, lo mejor es la Palabra de Dios, lo mejor es de lo que tú estás convencido que debes hacer por amor a Dios. La antesala de la Navidad nos pide reforzar nuestro trabajo espiritual, nos ofrece un abanico amplio de posibilidades, nos abre caminos de búsqueda hacia el Señor, nos permite vivir con objetividad este tiempo que Dios mismo vivió”. No hay que olvidar la Modestia de Juan; no es su cuarta respuesta, es la razón de ser de su vida: A pesar de los rumores que circulaban entre el pueblo, que lo identificaban como el Mesías, Juan no cayó en la trampa y no se atribuyó una identidad y unas funciones que no le correspondían. Por eso afirma con transparencia y sencillez: “Viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias”. (Lucas 3,16).  Cuida tu salud: La respuesta correcta, siempre la tiene Dios. Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué. 

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