María Santísima es la obra maestra de la misión

Jairo Yate Ramírez

°°° María se puso en camino y se fue sin demora a un pueblo de las montañas de Judea. Al entrar en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. Y apenas oyó Isabel el saludo de María, se estremeció la criatura que llevaba Isabel en el vientre, y ella se llenó del Espíritu Santo y exclamó en voz alta: « ¡Bendita eres entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! °°° Lucas 1, 39-45. María Santísima, con su vida y con su fe, nos transmite ese modelo que ha recibido de Dios. Ella entiende perfectamente que su obra y su decisión no es directamente suya sino que es el fruto de una profunda relación con Dios, la fuerza de poder hacer la voluntad de Dios, de entenderlo a Él, de creerle a Él, de ponerse en camino. Ella es la servidora por excelencia.

Basta parafrasear el texto sagrado, para descifrar la mentalidad misionera y la disponibilidad de la Virgen: Supo cuidar muy bien en lo que ella creía: “María guardaba todas esas cosas y las meditaba en su corazón” (Lucas 2,19). Como persona de Fe, María asume con obediencia la palabra de su Hijo: “Dice su madre a los sirvientes, hagan lo que Él les diga” (Juan 2,5). Servirle a Dios, es una excelente gracia en María Santísima: “Dijo María, he aquí está la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra” (Lucas 1,38). El catecismo de la Iglesia Católica, propone a la Virgen María como la obra maestra de la misión del Hijo y del Espíritu Santo en la plenitud de los tiempos. (cfr. Numeral 727). °°° En María Santísima comienza a manifestarse ¡las maravillas de Dios! Que el Espíritu va a realizar en Cristo y en la Iglesia.

Con motivo de la visita de María a Isabel, podemos entender la fusión especial que acontece entre el Antiguo y el Nuevo testamento: María representa la nueva y definitiva alianza de Dios con la humanidad. Isabel lleva en su vientre al último de los profetas del Antiguo testamento. La misma Isabel con sus expresiones, indica el ser y la grandeza de María: “Ella es la bendita; la madre de mi Señor; la bienaventurada; aquella que ha creído”. El Papa Francisco indica el camino de Dios para nosotros, con tres actitudes de la Virgen María: La primera, María sabe escuchar, es atenta, guarda la voz de Dios. (cfr. Lucas 1,36). La segunda, capacidad de decisión: María no vive de prisa, conserva las cosas y las medita. (cfr. Lucas 1,34). La tercera, la acción. María sale de viaje, tiene claro lo que Dios le pide, por eso van sin demora, no tarda, lo hace. (cfr. Lucas 1,39). María escucha, decide y actúa. Cuida tu salud: Acostúmbrate a decidir, lo que te indique el espíritu de Dios.

Arquidiócesis de Ibagué.

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