Buen aniversario

Hoy hace 20 años, en la mañana de un domingo, salió a la calle la primera edición de este rotativo. En estos cuatro lustros se han registrado en sus páginas toda clase de sucesos, desde tragedias hasta sin iguales alegrías que formaron parte de la vida diaria de nuestros lectores.

Han sido 7 mil 132 ediciones hechas con el esfuerzo, la dedicación, el sacrificio y el profesionalismo de centenares de personas, desde accionistas y miembros de la Junta Directiva hasta periodistas, fotógrafos y trabajadores; sin olvidar a columnistas, colaboradores, distribuidores, anunciantes, proveedores y, por supuesto, los lectores.

Desde 1992 se han sucedido 5 presidentes comenzando por Gaviria que vino a la inauguración hasta llegar a Santos, pasando por Samper, Pastrana y Uribe. Desde el gobernador Lozano hasta Delgado y alcaldes de Rodríguez a Rodríguez.

La empresa ha sobrepasado crisis económicas, persecución política y jurídica, amenazas desde diferentes sectores del espectro político y la totalidad de los grupos armados (legales e ilegales). Ha sufrido una cuota más que suficiente de abuso que se ha traducido en muertes, exilio, desplazamiento y despojo; pero a la vez reconocimiento nacional y regional por sus ejecutorias por las que se ha premiado su excelencia periodística.

De las cenizas se pudo reconstruir el andamiaje empresarial y, tan pronto se  normalizó la situación, se dio vida a la empresa que creó Q´hubo, periódico que ha sido recibido con generosidad y entusiasmo por amplios sectores de la población y ha contribuido a la solidificación de la empresa matriz.

Se han librado incontables batallas para preservar el espíritu y la viabilidad de la región contra poderosas fuerzas que en ocasiones se coaligaron  para taratar de silenciar al periódico con un resultado que se repite y continúa repitiéndose: los tribunales, la sociedad y la historia terminan dándole la razón a las denuncias y señalamientos que se registran en las páginas de EL NUEVO DÍA y, para lamento de algunos, estos trabajos periodísticos se han convertido en autos cabeza de proceso que terminan con la condena de quienes han pretendido situarse por encima de la ley.

Estamos orgullosos de nuestro trabajo y agradecemos a las miles de personas que de un manera u otra nos han permitido surcar las que, en momentos, han sido procelosas aguas. A todos ellos, pero particularmente, a los que ya se fueron: ¡Muchas gracias!  


EL NUEVO DÍA

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