Editorial: Alineaciones y discursos

Carlos Fernando Galán ha cumplido con sus advertencias y ha renunciado a la dirección de Cambio Radical lo que, sin duda, ha de repercutir internamente en la unidad de dicho partido y las proyecciones no solo para las elecciones de octubre, sino para las presidenciales de 2018.

La sabiduría popular dice que “al perro no lo capan dos veces” y eso precisamente es lo que ha ocurrido con el director del partido Cambio Radical (CR), el senador Carlos Fernando Galán Pachón.

La frágil memoria del país no parece recordar que para las elecciones pasadas para gobernadores ocurrió un episodio similar, con casi los mismos protagonistas, ya que Galán se opuso a que CR otorgara el aval para la gobernación de La Guajira a Francisco ‘Kiko’ Gómez, pero en ese entonces se impuso un acuerdo entre el secretario del partido, Antonio Álvarez Lleras, con la familia Char y se mantuvo el aval. Gómez fue elegido, Galán agachó la cabeza y ya todos saben del escándalo y el proceso seguido al exgobernador, por sus nexos con narcotraficantes y paramilitares y su relación con varios asesinatos de sus antagonistas políticos y numerosas amenazas contra congresistas y periodistas.

En esta ocasión aparecen elementos aún más complejos, pues pese a la oposición de Galán, el senador Arturo Char y el mismo Álvarez Lleras sacaron adelante el aval para la gobernación de La Guajira para Oneida Pinto, una conocida aliada política de Francisco Gómez, mandando, otra vez, al cuarto de la basura a la cacareada transparencia.

El senador Char es hermano del candidato que lidera las encuestas para la alcaldía de Barranquilla, el exalcalde Alejandro Char, de quien también se olvida su participación con sus cuñados los Nule en el fiasco de la doble calzada Bogotá - Girardot y de unas urbanizaciones que colapsaron en la capital del Atlántico.

El panorama ahora se complica, pues en el fondo se otean las aspiraciones y disputas por la Presidencia de la República en 2018, por lo que el clan Char ha de jugar estratégica participación en esa contienda. A las discrepancias por el nombre de Oneida Pinto se suman otros avales no menos controvertidos dispensados a Angelino Garzón y Dilian Francisca Toro para la Alcaldía de Cali y la Gobernación de Valle del Cauca, así como el aval a Luis Pérez para la Alcaldía de Medellín.

Galán ha cumplido con sus advertencias y ha renunciado a la dirección de Cambio Radical lo que, sin duda, ha de repercutir internamente en la unidad de dicho partido y las proyecciones no solo para las elecciones de octubre sino para las presidenciales de 2018.

Resulta singular que las posiciones se vayan alineando y que el discurso se lleve a la práctica. ¿Será que alguien en la región se percata?

REDACCIÓN EDITORIAL

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