Ahora sí con el ELN

Con el tiempo en contra y algunos factores externos, le corresponderá a los delegados tanto de esa guerrilla como del gobierno, no escatimar esfuerzos y voluntades en las mesas de diálogos a fin de llegar a un acuerdo final que beneficie al país.

Luego de lo que ha traído consigo la negociación entre el Gobierno y las Farc, entre ello la polarización del país, pero también ante los ojos escépticos del mundo, la firma de un acuerdo que puso fin a una guerra de más de cinco décadas, el ELN anunció su intención de sentarse a dialogar con el gobierno de Juan Manuel Santos.

El denominado Ejército de Liberación Nacional y que al igual que las Farc, intentó sin éxito negociar la paz con tres presidentes distintos, finalmente decidió atender el llamado de la sociedad colombiana e iniciar una fase exploratoria de diálogos en 2014. Luego de más de dos años de acercamientos, tiempo en el que no cesaron su accionar criminal, finalmente se anunció la apertura oficial de un proceso de paz y la fase pública de diálogos que serán instalados el próximo 7 de febrero en Quito, Ecuador.

A pesar de que hasta el 2015, el cálculo de combatientes del ELN pasaba por los más de mil 500 hombres, un número mucho más bajo en comparación con las Farc, las acciones delictivas de “los elenos” en los últimos meses se intensificaron, algunas de ellas teniendo el control de zonas que anteriormente venían siendo ocupadas por las Farc. Ataques a la población de zonas rurales, hostigamientos al Ejército, y extorsión y secuestro, hicieron parte de la estrategia de presión.

El secuestro en principio del exgobernador de Chocó, Patrocinio Sánchez, a quien mantuvieron en cautivo por más de dos años hasta que su hermano Odín Sánchez decidió entregarse a cambio de su libertad, y el secuestro del comerciante Octavio Figueroa, por quien su familia tuvo que pagar una fuerte suma de dinero para que fuera dejado en libertad, pusieron en peligro las negociaciones.

No obstante, con la liberación de Figueroa en diciembre pasado, y la anunciada liberación de Odín para el 2 de febrero, los impedimentos para el comienzo de díalogos quedarán superados. Los avances que hasta el momento ha tenido el proceso con las Farc, reconocidos y apoyados por la mayoría de la comunidad internacional, motivaron al Comando Central del ELN para subirse al tren de la paz, del cual tanto ha hablado Santos.

Con el tiempo en contra y algunos factores externos como la llegada de Trump a la Casa Blanca, la partida de Rafael Correa de la presidencia de Ecuador y la desconfianza generalizada de Maduro a causa de la crisis en Venezuela, le corresponderá a los delegados tanto de esa guerrilla como del Gobierno no escatimar esfuerzos y voluntades en las mesas de diálogo, a fin de llegar a un acuerdo final que beneficie al país. La arrogancia, la desfachatez y las posiciones radicales que han mostrado los jefes guerrilleros del ELN son algo con lo que deberán lidiar Juan Camilo Restrepo y su equipo. Veremos si finalmente el Centro Democrático envía un delegado a la mesa, tal y como solicitó el presidente Santos a Uribe, ante el Papa Francisco, o si su férrea y recalcitrante oposición se los impide.

REDACCIÓN EDITORIAL

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