Un rojo desteñido

Lo sucedido confirma lo que muchos de los simpatizantes del liberales en Colombia desconocen: el rojo se está descolorando, y quizá ni siquiera a segunda vuelta pueda llegar.

Atrás quedaron los días dorados del llamado glorioso partido Liberal. De aquel movimiento que revolucionó la política colombiana de manos de Rafael Uribe Uribe, Alfonso López Pumarejo, Jorge Eliécer Gaitán, y el mismo Luis Carlos Galán Sarmiento no queda más que el color del trapo rojo, y que por momentos pareciera recordar lo que otrora fuera el partido que puso presidentes y congresistas brillantes.

Los líderes rojos de estas dos décadas, más que recoger las importantes banderas de aquellos dirigentes de antaño, han acabado con esos principios liberales que dignificaron la política colombiana en el siglo pasado; y se han dejado contaminar de la ineficiencia de nuestro tiempo, así como de delitos del ahora como la corrupción y el narcotráfico. El ejemplo más claro es el proceso 8000, de Ernesto Samper Pizano, y sus relaciones con el Cartel de Cali, y que hoy gracias a su fuero presidencial sigue en la impunidad. Sin duda una ofensa a la memoria del fundador del Nuevo Liberalismo, asesinado por el Cartel de Medellín.

Por estos días y en los que se definen candidaturas con miras a las presidenciales del 2018, la cuota de vergüenza la puso justamente el Partido Liberal, pues los precandidatos Juan Fernando Cristo y Humberto de la Calle no fueron capaces de llegar a un consenso, y les pudo más el ego antes que el diálogo franco y sincero para trabajar en torno a una sola campaña. Aquello, además de generar un rechazo generalizado de diferentes sectores de la política nacional, que vieron en el proceso un capricho innecesario, costó al país más de 40 mil millones de pesos, cifra exorbitante que hubiera podido invertirse en otro tipo de utilidades.

Como si ello fuera poco, ni siquiera aquel resultado y lo que rodeó la campaña fue suficiente y necesario para algunos de los copartidarios de Cristo y De la Calle, pues en una carta firmada por varios representantes de esa colectividad, como Sofía Gaviria, Alfonso Gómez Méndez, Juan Manuel Galán y Viviane Morales, se solicita desconocer tal resultado y exigir la renuncia inmediata del expresidente César Gaviria Trujillo como cabeza del liberalismo.

Aunque probablemente el tema no pase de allí, y a regañadientes los firmantes terminen aceptando en público apoyar a De la Calle, mientras promueven a otros, incluso de diferentes movimientos, si aquel proceso electoral y que solo tuvo un 2% de electorado fue un bochorno, la carta que lo desconoce también lo es, y confirma lo que muchos de los simpatizantes del Liberalismo en Colombia desconocen: el rojo se está descolorando, y quizás ni siquiera a segunda vuelta puedan llegar.

REDACCIÓN EDITORIAL

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