Esclavitud sexual en medio del conflicto

Si a alguien le quedaba dudas de que en Colombia en las últimas décadas hubo sometimiento y esclavitud sexual en pleno siglo XXI, que las despeje, porque de aquello también habla el informe, y ese es otro tema que los señores de las Farc tendrán que responder en su momento.

Uno de los retos del posconflicto en el marco del proceso de paz con las Farc, es justamente que el país y el mundo entero puedan tener acceso a información que permita hacer justicia y reparar a quienes fueron víctimas en todo sentido.

Las comisiones de la verdad y tribunales de paz que deberían estar en funcionamiento en estos momentos, pero que debido a los impedimentos que ha tenido la JEP, no arrancan con su labor, se convierten hoy en una necesidad imperiosa si se quiere en algo resarcir y reconstruir la memoria histórica de la guerra que nos azotó por medio siglo.

Una de esas verdades incómodas y dolorosas, pero que requieren de toda atención y claridad, es la que tiene que ver con la violencia sexual en medio del conflicto, y que, según cálculos del Centro Nacional de Memoria Histórica, fueron más de 15 mil personas las abusadas y ultrajadas sexualmente por los grupos alzados en armas, entre guerrillas y paramilitares, ostentando estos últimos el repugnante récord de haber sido los principales perpetradores de este crimen tan repudiable como cualquier otro que hayan cometido.

Según el informe publicado, el 32 % de la totalidad de la cifra pertenece a lo hecho por los grupos de autodefensas, quienes quizás con mayor sevicia que las guerrillas, acostumbraban a cometer todo tipo de vejámenes en contra de la población civil, evidenciados de manera explícita en las diferentes audiencias de los Tribunales de la Ley de Justicia y Paz, y documentados por el periodista Hollman Morris en Impunity.

Hoy cuando el país y sus esferas políticas aún no coinciden y no se conoce una verdadera y correcta implementación de los acuerdos de La Habana, se hace necesario el esclarecimiento de absolutamente todas las verdades, los crímenes, los aliados políticos, los financiadores, entre otras cosas, para que con base en ello, la Jurisdicción Especial que sigue sin aprobarse, sea la encargada de definir condenas y ponerle fin a la zozobra y al dolor que muchas familias víctimas siguen padeciendo a causa de no saber qué pasó con sus familiares secuestrados y desaparecidos, con los niños reclutados y que jamás volvieron, entre otro tipo de asuntos que continúan en la penumbra de la incertidumbre, y casi que ad portas de quedar en el “no me acuerdo” de muchos.

Si a alguien le quedaba dudas de que en Colombia en las últimas décadas hubo sometimiento y esclavitud sexual en pleno siglo XXI, que las despeje, porque de aquello también habla el informe, y ese es otro tema que los señores de las Farc tendrán que responder en su momento.

REDACCIÓN EDITORIAL

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