Eternamente desempleados

Es decir, aumentó el flagelo, y solamente somos superados por Cúcuta, Quibdó, Riohacha y Armenia. También, es de recordar que el 50,1% de nuestros paisanos viven en la informalidad y aquello representa un trabajo inestable y con nulas condiciones de bienesta

Ibagué históricamente ha ocupado los primeros lugares en materia de desempleo, y pareciera que ya nos acostumbramos a eso. Mes a mes, los informes del Dane nos dejan mal parados, y aunque se busquen responsabilidades en el presente, el asunto parece nunca ceder.

La falta de industrias en la capital del Tolima que inviertan y crean en la capacidad de trabajo de quienes aquí residen, ha obligado a que cientos de ibaguereños emigren a ciudades como Bogotá, Medellín, o incluso fuera del país, pues pocos son los lugares en donde pudiera un recién egresado aspirar a trabajar formalmente, con un salario digno y decentes condiciones laborales.

A su vez, que los mismos ibaguereños no crean en lo que aquí existe o pueda construirse, ha dificultado el desarrollo, el emprendimiento, y la esperanza de que se pueden lograr grandes cosas, pues no muchos confían en esta tierra, y hoy se cuentan con los dedos de las manos, a quienes se han quedado para generar importantes oportunidades de desarrollo.

El reciente informe trimestral de empleo en Colombia presentado por el Dane, no fue la excepción a aquellas cifras de desempleo en donde Ibagué no se recupera. La situación pareciera agravarse por cuenta de que en el periodo noviembre-febrero, no solo se superó el trimestre anterior en materia de desocupación laboral, sino al mismo del año inmediatamente anterior. Es decir, aumentó el flagelo, y solamente somos superados por Cúcuta, Quibdó, Riohacha y Armenia. También, es de recordar que el 50,1% de nuestros paisanos viven en la informalidad y aquello representa un trabajo inestable y con nulas condiciones de bienestar.

Frente a ello, además de hacer un llamado a las dirigencias políticas, a los entes gremiales, a las universidades, empresarios y a la ciudadanía en general, nos corresponde a todos empezar a pensar en cómo quitarnos ese estigma, y esa marca de que Ibagué es la ciudad donde no se consigue trabajo, a no ser que tenga una palanca o un padrino influyente. En nuestro departamento tenemos riqueza natural, gastronomía, cercanía, y aún con ello, hemos podido potencializar muy poco, ni la música, ni el turismo, ni la vivienda, porque somos todo eso y nada a la vez. ¿Hasta cuando?

REDACCIÓN EDITORIAL

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