Fracking NO

¿Es nuestra región una de las llamadas por el nuevo Gobierno en caso de dar visto bueno al fracking? Esperemos que no, pues Colombia reclama la renovación del campo y una gran reforma rural a ver si algún día dejamos de depender del petróleo, no vaya ser que ahí sí “nos volvamos como Venezuela”.

Unos dicen que sí, y otros dicen que no. Pareciera que así ha comenzado el presidente Iván Duque con varios de los temas de su Gobierno, y casi que librando una batalla personal con sus amigos, copartidarios y funcionarios, en lo que algún punto de su agenda respecta. Le pasó con el tema de la Consulta Anticorrupción promovida por el partido Alianza Verde, la cual dijo apoyar mientras varios de sus coequiperos del Centro Democrático se han encargado de vilipendiar, y pareciera que le pasa con el tema del fracking, del que ya su ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suarez, afirmó que hay que convencer al mandatario de que aquello no es tan malo como lo han vendido.

Como su nombre lo indica, la expresión “fracking” tiene que ver con la fractura hidráulica en la tierra, para extraer hidrocarburos no convencionales, atrapados a gran profundidad, perforando la roca e inyectando agua, químicos y arena para romper. Para sorpresa de muchos, dicha técnica no es nueva, y países como el Reino Unido, la practica desde los años 50, al igual que Estados Unidos, quienes la han potencializado en los últimos años para así no depender del petróleo extranjero.

No obstante, investigadores de distintas universidades en Colombia, y en el mundo, coinciden en que dicha técnica genera grandes daños ambientales, aún mucho más allá de la explotación acostumbrada, hecho que ha generado que países como Escocia, Bulgaria, Francia, y Suráfrica, prohíban su práctica, e incluso en Estados Unidos, la ciudad de Nueva York, es uno de los estados en donde está prohibido el fracking.

Riesgos como incremento de enfermedades respiratorias, problemas hormonales, aumento de los partos pre término, entre otras situaciones de salud, son parte de las consecuencias de dicha práctica que acarrean las poblaciones aledañas a los sitios de explotación, evidenciados por los casi 700 grupos de investigación de este tema en el mundo. Además del poderoso daño ambiental, como la contaminación de los acuíferos, tanto a aguas normales, como a aguas subterráneas, pues el proceso requiere de una gran cantidad de agua y arena mezclada, para realizar la inyección y generar la fractura.

Mientras que el debate todavía es muy amplio, y pareciera que en Colombia no tiene reversa con una ministra proveniente de una compañía petrolera; en el Tolima, en el llamado Bosque de Galilea, recientemente Tropas de la Sexta Brigada del Ejército impidieron el paso de una comisión de Cortolima a un área en donde probablemente se están cometiendo infracciones ambientales. Hoy muchos son los interrogantes que generó dicha acción.

¿Es nuestra región una de las llamadas por el nuevo Gobierno en caso de dar visto bueno al fracking? Esperemos que no, pues Colombia reclama la renovación del campo y una gran reforma rural a ver si algún día dejamos de depender del petróleo, no vaya ser que ahí sí “nos volvamos como Venezuela”.

REDACCIÓN EDITORIAL

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