El patriota McCain

A excepción del presidente, una gran cantidad de líderes norteamericanos acompañarán el último adiós de John McCain el día de mañana en el Capitolio, antes del funeral de Estado que será el sábado, para finalmente el domingo, en el cementerio de la Academia Naval de Annapolis, se le dé el último adiós a McCain, para quien sus adversarios siempre tuvieron palabras de respeto.

Faltando cuatro días para su cumpleaños número 82, murió uno de los políticos más influyentes de las últimas décadas en Estados Unidos: Jhon Sídney McCain III. Originario de la zona del canal de Panamá, y veterano de la guerra de Vietnam, en donde participó como piloto y estuvo secuestrado durante seis años; el senador y excandidato presidencial, perteneciente al Partido Republicano, dejó de existir por cuenta de un cáncer cerebral que venía padeciendo hace más de un año.

McCain, pese a que pertenecía al mismo partido político del hoy Presidente Donald Trump, se convirtió, quizás en uno de sus más grandes contradictores políticos, hasta el último día de su vida, pues además de las críticas que le hiciera en medio del ejercicio político; en una carta que se conoció luego de su muerte, el senador republicano lanzó algunas pullas respecto al trato del gobierno con el mundo, y pidió especialmente que el mandatario norteamericano no asistiera a su funeral.

En la emotiva misiva que se conoció en las últimas horas, el considerado héroe de los norteamericanos, no solo por sus años de servicio como oficial de la naval, sino como senador y líder republicano, advirtió sobre las “rivalidades tribales” que han generado odio y violencia en el mundo, y que se esconden tras el patriotismo y “los muros”, siendo ello último interpretado como una clara relación con las relaciones con los mexicanos por parte de Trump. 

Mccain, quien rechazó continuar con su tratamiento, y aceptó de manera gallarda morir dignamente, como congresista siempre buscó dialogar cordialmente con los adversarios, cosa que le permitió promover importantes reformas como la de la financiación electoral y la de migración.

Durante la campaña del 2008, compitió con Barack Obama por la Casa Blanca, y fue recio para criticar las propuestas de su oponente, especialmente en el tema de impuestos, y por la defensa de algunas políticas del expresidente Bush, con quien tuvo una estrecha relación, brindándole su apoyo en el tema de la invasión a Irak. Pese a que Mccain era un conservador defensor de la paz y las buenas relaciones, apoyó de manera irrestricta la lucha contra el terrorismo por parte de Bush.

Curiosamente, Obama, su oponente de hace 10 años, Demócrata, y con quien pudiera tener muchas más diferencias, sí asistirá a su funeral, al igual que George W. Bush, además de personalidades políticas de ambos partidos, pues en Estados Unidos, el patriotismo y la unión estatal está por encima de cualquier rivalidad personal y política, salvo cuando se trata de Trump.

A excepción del presidente, una gran cantidad de líderes norteamericanos acompañarán el último adiós de John McCain el día de mañana en el Capitolio, antes del funeral de Estado que será el sábado, para finalmente el domingo, en el cementerio de la Academia Naval de Annapolis, se le dé el último adiós a McCain, para quien sus adversarios siempre tuvieron palabras de respeto.

EL NUEVO DÍA

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