Delincuencia naranja

Para nadie es un secreto, que, en Ibagué, existen lugares vedados para la fuerza pública, al estilo de la actual serie La Esquina del Diablo, y es necesario, que la Policía decida ingresar a esos lugares y produzca resultados, tal y como ha ocurrido en tiempos anteriores.

Ojalá el título de este editorial estuviera relacionado con el emprendimiento y las industrias creativas promovidas por el presidente Iván Duque en campaña, y no con la dura realidad de decenas de conductores de buseta en la capital del Tolima, que a diario se enfrentan con los ladrones.

En lo corrido del mes de octubre, esta redacción conoció de cinco conductores de la famosa “ola naranja” en Ibagué, que fueron intimidados con armas, e incluso uno de ellos, fue herido a puñal, en el sector de la Ciudadela Simón Bolívar. 450 mil pesos, producto de la jornada de trabajo fue el botín que se llevó el maleante en esa oportunidad, sin que el conductor ni los 35 ocupantes del vehículo pudieran hacer algo para detenerlo.

Lo ocurrido no es nuevo para los conductores de transporte público ibaguereños, y especialmente para las busetas. En los últimos seis meses, la empresa Expreso Ibagué ha reportado 15 casos de atraco, y lo que es peor, pocos son los capturados, pues la modalidad es bastante sencilla: intimidar con arma en sectores solitarios, y descender campante del vehículo por encima de la registradora. De la misma manera, los ataques con piedras a las busetas en calles destapadas como las del barrio Nueva Castilla, hacen parte de las modalidades de atraco, ocurridas recientemente también en el sector de la Ceibita y el País, al norte de la ciudad.

Aunque la Policía Metropolitana de Ibagué ha organizado mesas de trabajo, y consejos de seguridad en conjunto con la Secretaría de Gobierno, el tema de los atracos a las busetas pareciera no acabar, y urge, adoptar medidas contundentes, teniendo en cuenta que, al finalizar la siguiente semana, empezará formalmente la época de fin de año, fecha en las que los ladrones más se desesperan por generar dividendos.

Para nadie es un secreto, que, en Ibagué, existen lugares vedados para la fuerza pública, al estilo de la actual serie La Esquina del Diablo, y es necesario, que la Policía decida ingresar a esos lugares, y produzca resultados, tal y como ha ocurrido en tiempos anteriores.

Un común denominador de los últimos atracos reportados, es que casi todos, han ocurrido en la zona norte de la ciudad, y especialmente en el barrio Nueva Castilla, el cual representa un nivel de inseguridad importante, pues colinda a través de una zona boscosa con la Ciudadela Simón Bolívar, y Jardín Santander, barrios con problemas serios de inseguridad, razón por la cual, urge que se refuerce la fuerza en dicha zona, al igual que en el corredor vial del Colegio Cisneros hasta el Parque 93 (vía aeropuerto), lugar en donde pese a que han emergido edificaciones y viviendas, no cuenta actualmente con ningún tipo de iluminación pública.

A propósito de seguridad ¿cómo es posible que estén atracando apartamentos con servicio de seguridad, circuito cerrado de televisión y en donde viven agentes de la Dijín? En casa de herreros....

REDACCIÓN EDITORIAL

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