La educación primero

Ojalá que con base en lo logrado por los rectores, los muchachos en la UT, y otras universidades que han parado actividades, vuelvan a las aulas, y puedan terminar semestre con normalidad.

Han sido días movidos para la educación en Colombia. Por un lado, los profesores del Magisterio inauguraron al presidente Duque con marchas y peticiones que aún no se resuelven, y por el otro, la educación superior del país, vivió un momento de tensión, por cuenta de la solicitud de mayor financiación, debido a la crisis que atraviesan varias universidades, entre ellas la del Tolima.

El fin del programa Ser Pilo Paga, creado en el gobierno de Juan Manuel Santos, y que, aunque beneficiaba a una buena cantidad de muchachos, también excluía a otros tantos y se llevaba grandes recursos para unas pocas universidades privadas, solamente es un elemento más de una gran discusión y de un problema estructural, que nos pone atrás de países como Canadá, Argentina, e incluso Cuba, en donde la educación es gratuita y de calidad.

Como reemplazo de ello, y con miras a calmar los ánimos, el Gobierno nacional, a través de la ministra ibaguereña, María Victoria Angulo, dio a conocer lo que sería la gran apuesta de Duque para generar oportunidades de estudio a los jóvenes colombianos: Generación E.

Dicha iniciativa y que busca contemplar pilares como la excelencia, la equidad, y el equipo, financiará totalmente a los estudiantes beneficiados que quieran estudiar en las universidades públicas del país, mientras que el que quiera ir a una privada, solamente contará con el respaldo del 50%, un 25% deberá asumirlo la institución, y el 25% restante, recursos de iniciativas privadas. Aunque de entrada existan algunas diferencias con Ser Pilo Paga, el programa no es la panacea, ni una solución al problema estructural de desfinanciamiento de la educación superior en Colombia.

Generación E, según lo dicho por Duque busca mejorar el programa bandera de Santos, generándole mayor responsabilidad a las universidades privadas, y financiando más estudiantes. Sin embargo, lo más importante por estos días, no es precisamente el anuncio de dicho programa, sino el acuerdo al que llegó el Presidente, junto a los rectores de las universidades públicas del país, y en donde se comprometió a que los recursos de funcionamiento de orden nacional aumentarán gradualmente, y el IPC, crecerá más tres puntos porcentuales el próximo año, mientras que en 2020 y hasta 2022, se elevará a cuatro. La garantía de gestionar en el Congreso, un billón de pesos producto de regalías, y que serían destinados para infraestructura, también fue otro compromiso plausible de Duque.

Más recursos para la educación, y menos para la guerra, pareciera sencillo decirlo, pero complejo de realizarlo. Sin embargo, los presupuestos de educación históricamente en Colombia se han quedado cortos, porque han estado por encima otras prioridades, que, con el fin del conflicto, parecieran haber cambiado, y que, ante los inconformismos de amplios sectores, ha sabido atender el nuevo gobierno.

REDACCIÓN EDITORIAL

Comentarios