El gobierno del presidente Iván Duque decidió ampliar las medidas de Aislamiento Preventivo Obligatorio hasta el 31 de mayo. De igual manera, anunció que la Emergencia Sanitaria se extenderá hasta el 31 de agosto. Esta medida excepcional le permite tomar decisiones rápidas que considere necesarias para contener la pandemia.
También, reveló que desde el primero de junio, hasta el 31 de ese mismo mes, empieza una nueva etapa que califica Duque con insistencia como: “Recuperar, gradualmente, vida productiva”. Así las cosas, permitirá la apertura de negocios muy asociados al comercio y otros sectores como servicios médicos distintos al Covid-19, servicios domésticos, museos y bibliotecas. Los colegios y universidades permanecerán, como hasta ahora, con trabajo en casa y los trabajadores de las organizaciones oficiales, en un 80%, permanecerán con teletrabajo. En ese mismo orden, los restaurantes seguirán prestando servicios domiciliarios.
Decisión nada fácil para el jefe del Estado colombiano. Encrucijada del alma dirán muchos. Por un lado el número de infectados sigue creciendo exponencialmente y no cede. Cada día se reportan en promedio un poco más de 600 casos de nuevos contagiados. Colombia se acerca, peligrosamente, a los 17 mil casos y la pandemia ya cobró la vida de 613 personas aunque más de 4 mil ya se recuperaron. Por otro lado, varios sectores económicos están asfixiados con la soga al cuello.
En su mensaje del día anterior, el presidente Duque, soportado en un Panel de Expertos, consideró que “la hemos sacado barata” al compararnos con otros países de la región que viven momentos dramáticos. Pero se juega el pellejo permitiendo la reapertura de la vida productiva en regiones no covid. En muchos casos, cuando en los días recientes se dio vía libre a esos municipios, entonces aparecieron los contagios.
El Covid-19 ya demostró que es astuto, agresivo, que se le mete incluso a los equipos de epidemiólogos como sucedió en la Gobernación del Tolima, aunque en virtud a su trabajo estén tan expuestos así tengan todas las medidas y trajes de bioseguridad. Siempre la pandemia es una amenaza de todos los días, de todos los momentos. Solo sigue la sabiduría de los gobernantes para continuar en la senda del confinamiento y la disciplina consciente, sincera, y estricta de cada uno de nosotros para no contagiarnos y parar la cadena.
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