¿Los “megacolegios” también quedarán inconclusos?

Es imperioso que los gobernantes dediquen todos sus esfuerzos para concretar la entrega de los colegios.

Más de ocho mil estudiantes de Ibagué no han podido retomar sus clases de manera presencial, porque las construcciones de las sedes educativas no han sido terminadas y su entrega, a corto plazo, es incierta.

Desde 2018 comenzaron obras de remodelación y ampliación en 26 instituciones educativas de la ciudad (que se han denominado “megacolegios”), para la implementación de la jornada única escolar. El Ministerio de Educación Nacional, a través del Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa (FFIE) es el aportante de los recursos y responsable de la contratación de los proyectos. 

Gran parte de las construcciones presentan dificultades por razón del incumplimiento y, en algunos casos, abandono de los contratistas, al punto de que, a la fecha, (más de cuatro años después) solo se han concluido siete de los proyectos. 

La historia de retrasos, errores en los diseños, aparición de trabajos no presupuestados y falta de licencias, se repite en la contratación pública. Parece un imposible para las entidades del Estado conseguir contratistas que cumplan con los cronogramas con los que se comprometieron y que no pidan prórrogas ni adiciones.

Debido a la angustia y desesperación de los padres de familia y docentes de algunas instituciones educativas que han salido a las calles a expresar su rechazo ante la lentitud o parálisis de las obras, el alcalde, Andrés Hurtado, y el secretario de Educación, Juan Manuel Rodríguez, hicieron un llamado al FFIE para solicitar que se agilicen los trabajos que se requieren para poner en funcionamiento los colegios. Por su parte, la gerente del Fondo, Adriana González, anunció un plan de choque para intervenir en cinco obras que presentan los mayores retrasos.

La educación es una prioridad que no admite espera, pues cada día juega en contra del aprendizaje de los niños. La tarea que se ha de fijar la Alcaldía, si es preciso con el apoyo de la Gobernación y los sectores económicos y sociales de la región, es gestionar ante el Ministerio para que las obras sean concluidas.

Es imperioso que los gobernantes dediquen todos sus esfuerzos para concretar la entrega de los colegios; las “megaobras” que se encuentran en el papel pueden esperar, porque la prioridad de una sociedad es la educación de sus niños y jóvenes.

Redacción El Nuevo Día.

Comentarios