Hay que atraer a los muchachos para que regresen a las aulas

La resolución de tamaño problema no se halla a la vuelta de la esquina, pues en la educación los procesos se construyen en el largo plazo. Por ahora, lo más urgente es comenzar.

Cerca de 25.000 jóvenes y niños aún no se han matriculado en las instituciones educativas del Tolima. Esta es una problemática alarmante que debería tener preocupados a los entes gubernamentales y a la sociedad tolimense en general, pues es claro que sin una educación universal y de calidad es muy improbable que el Departamento consiga avanzar y cumplir sus metas de desarrollo.

La explicación a este fenómeno no tiene una sola respuesta y por lo tanto no hay una única solución. Hay motivos económicos como la pobreza, la informalidad, el desempleo y las escasas oportunidades que empujan a los jóvenes a dejar las aulas para salir a buscar trabajo. Otras causas del alejamiento son responsabilidad del Estado, como la falta de transporte escolar, especialmente en las zonas más apartadas; las malas condiciones de la infraestructura escolar, la inexistencia de material didáctico y la precaria conectividad. 

Existen patrones culturales en algunas familias que no ven la educación como una forma de mejorar la calidad de vida; en otros sectores, muchos estudiantes prefieren validar en institutos informales, porque no aprecian la necesidad de una educación formal. Problemas como la desnutrición, el embarazo adolescente y el matoneo infantil son circunstancias que obligan a muchos jóvenes a abandonar sus estudios, sin contar con la deficiente comunicación entre padres de familia y docentes.

Otros factores que contribuyen a la deserción se hallan en los métodos de evaluación a los estudiantes, en la poca pertinencia de los contenidos que se imparten y en la repitencia. Sin embargo, lo más preocupante es que niños y jóvenes perdieron el interés por aprender y no les atrae la forma en que les enseñan; este último es, quizás, el problema que requiere mayor atención. 

En este aspecto sería bueno conocer qué se discurre en la Facultad de Educación de la Universidad del Tolima, alma máter de gran parte de los docentes. ¿Qué le proponen a la Gobernación? ¿Qué se hace desde las normales? ¿Qué propuestas de innovación se trabajan para conquistar estudiantes y que los inviten a regresar con entusiasmo a las aulas? ¿Conocen cuáles son las necesidades en materia educativa para el Tolima? ¿Cuáles son las estrategias para recuperar a los desertores? ¿Cómo se involucran las juntas de acción comunal? 

La resolución de tamaño problema no se halla a la vuelta de la esquina, pues en la educación los procesos se construyen en el largo plazo. Por ahora, lo más urgente es comenzar.

 

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