La escopolamina no se ha ido

Lamentablemente es necesario que las personas desconfíen de extraños, aunque parezcan inofensivos, pues esta es una de las estratagemas que utilizan los delincuentes para acercarse a sus víctimas.

La escopolamina es un alcaloide que emplean los delincuentes para controlar a sus víctimas y despojarlas de su dinero y pertenencias. En Colombia se conoce su uso para estos fines desde los años 80 del siglo pasado y aún se emplea, mezclada con otras sustancias.

La semana pasada llegaron en un solo día al hospital Federico Lleras Acosta de Ibagué tres personas (dos hombres y una mujer) con síntomas de intoxicación, al parecer, ocasionados por estas sustancias. Aunque corresponden a casos aislados, la situación no deja de ser preocupante. Por esta razón, el director del centro asistencial, Luis Eduardo González, hizo un llamado a los ciudadanos para que extremen las medidas de seguridad y eviten ser presa de los delincuentes que utilizan estos métodos.

Las autoridades han establecido que gran parte de estos delitos se cometen en bares y discotecas, lugares donde las personas están relajadas y con ánimo de socializar, circunstancias que son aprovechadas por los delincuentes. Sin embargo, estos no son los únicos espacios donde actúan; también lo hacen en la calle y en el transporte público (buses intermunicipales, taxis, busetas, aplicaciones móviles).

En ciudades como Bogotá y Medellín, los visitantes extranjeros se han vuelto los blancos predilectos de los criminales que emplean estas sustancias, ya que muchos de ellos están desprevenidos, son confiados y no conocen acerca de esta situación. Y es la Capital de la República donde se presentan cerca de la mitad de los casos (más de 1.000 en 2022).

Ahora que se avecina la temporada decembrina y por razón de las festividades aumentan las celebraciones, los criminales también se hacen presentes para detectar a sus víctimas. Por tal motivo, las autoridades recomiendan a las personas que cuando vayan a los establecimientos de diversión eviten acudir solos, no socialicen con desconocidos, no les reciban licores o alimentos y no descuiden en ningún momento sus bebidas.

Lamentablemente es necesario que las personas desconfíen de extraños, aunque parezcan inofensivos, pues esta es una de las estratagemas que utilizan los delincuentes para acercarse a sus víctimas. En estos casos, la mayor parte de la seguridad va por cuenta de los ciudadanos que deben estar alerta y no bajar la guardia en ningún momento y lugar.

 

El Nuevo Día

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