¿Vale la pena modificar el pico y placa?

También vale la pena que le dedique el tiempo necesario a estudiar los cambios, pues, en todo caso, urge buscar mecanismos para mejorar la movilidad, pero estos deben brindar soluciones efectivas.

La alcaldesa de Ibagué, Johana Aranda, está consultando a los ciudadanos sobre la posible modificación del pico y placa. Entre los cambios que propone se destacan que se aplicará en toda la ciudad, se rotarán los números cada seis meses; habría pico y placa solidario, es decir, que los dueños de carros particulares pagarían por poder circular sin restricciones, y que se aplicará también a los vehículos que lleguen de otras ciudades. Los cambios entrarían en vigencia a partir de la otra semana.

La movilidad en Ibagué es bastante complicada en horas pico y en puntos críticos, como la avenida Ambalá, la avenida Pedro Tafur, la avenida Guabinal, algunos tramos de la carrera Quinta, la calle 60; así como en las carreras primera, segunda y tercera, y la calle 15, en el centro de la ciudad.

El parque automotor ha crecido en forma extraordinaria, pero es imposible que la construcción de vías aumente al mismo ritmo. Por eso se implantó el pico y placa, primero solo en algunos sectores y por unas horas, y después se extendió a gran parte de la ciudad y durante todo el día. Sin embargo, estas medidas no han sido suficientes para mejorar la movilidad y en lugar de eso los trayectos son más dificultosos.

La decisión de modificar el pico y placa no es garantía de que la movilidad mejore, porque persisten los problemas de los semáforos dañados, las vías en mal estado, el embotellamiento en sectores de la ciudad como la Ambalá, El Salado y Mirolindo, que carecen de vías alternas para descongestionarlos; el servicio público de transporte opera en forma ineficiente y las vías principales son usadas como parqueaderos. Además, en los puntos críticos donde la intervención de agentes de tránsito ayudaría a agilizar, no se aprecia su presencia.  

A más del pico y placa habría que implementar otras medidas. La alcaldesa puede contar con expertos en temas de movilidad que se encuentran en las universidades y que la pueden asesorar para plantear alternativas que no resulten onerosas para el presupuesto local. También vale la pena que le dedique el tiempo necesario a estudiar los cambios, pues, en todo caso, urge buscar mecanismos para mejorar la movilidad, pero estos deben brindar soluciones efectivas.

 

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