¿Con la virtualidad disminuirá la impunidad?

La pandemia obligó a modificar la forma de laborar y de vivir de toda la humanidad. Los trabajadores debieron adaptarse de un día para otro a la virtualidad. Los cambios presurosos causaron múltiples problemas, pero también condujeron a agilizar muchas actividades.

 

No obstante la percepción que tienen los colombianos acerca de la lentitud de la justicia, gracias a la implementación de las Tecnologías de Información y las Comunicaciones (TIC), la rama judicial he mejorado su eficiencia. De acuerdo con un informe del Consejo Superior de la Judicatura (CSJ) presentado al Congreso de la República, la virtualidad ha representado un gran avance para la justicia colombiana, que ha crecido de manera significativa en la modernización y en la implementación de la virtualidad en los procesos legales. Así lo muestran las evidencias: antes de la pandemia se efectuaban unas 50 audiencias diarias en todo el país; ahora, cuatro años después, se cumplen entre cinco mil y siete mil audiencias diariamente. Anteriormente se aplazaba el 51% de las audiencias y ahora se realiza el 75%.

Antes de 2020 había serias limitaciones para el uso de las salas de audiencias, pero con los avances tecnológicos se puedan adelantar miles de audiencias, gracias a una plataforma que permite el acceso a más de 6.500 funcionarios de la rama judicial; establecer conexión con cualquier sitio del territorio nacional o del mundo; acceder a través desde cualquier dispositivo como celular, tablet o PC y tener conectividad con 125 cárceles del país. Así mismo, las diligencias pueden ser grabadas en tiempo real con una duración hasta de ocho horas.

La virtualidad ha traído múltiples beneficios como el ahorro en trámites, papelería, autenticaciones, en desplazamientos, seguridad y agilidad. De acuerdo con el CSJ, se han conseguido desatrasar los procesos en dos años con respecto a la prepandemia. Además, es una garantía para la protección de los testigos y las víctimas.

            En la actualidad, el CSJ avanza en la regulación del uso de la inteligencia artificial en la administración de justicia como otra forma de apropiar las herramientas tecnológicas en beneficio de la descongestión judicial y la agilización de los procesos, acciones que redundarán en los millones de colombianos que necesitan resolver sus litigios. Sin embargo, todas estas herramientas serán irrelevantes, si no hay suficiente capacitación ni interés por parte de los funcionarios en mejorar la eficiencia.

 

EL NUEVO DÍA

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