A grandes rasgos, la Reforma Tributaria del Gobierno nacional ha dejado múltiples impresiones tanto a favor como en contra. Siendo uno de los cambios más ‘urgentes’, que la implementación de la misma responde a grandes los retos fiscales y financieros que dejó la gobernanza de Iván Duque al cierre de su gestión.

Es menester recordar que la reforma busca un recaudo fiscal de $25 billones de pesos, lo que ha generado diversas controversias por los impactos que podrían traer a las regiones del país frente a las inversiones en sus territorios. 

Apoyando las medidas del Gobierno nacional, la representante a la Cámara Olga Beatriz González, apuntó que la reforma tributaria tiene un espíritu de equidad y justicia, porque no toca la canasta familiar ni tampoco los salarios o pensiones de la inmensa mayoría de colombianos. 

“La creación del impuesto a las bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados contribuirá a desincentivar el consumo, que finalmente causa impactos negativos en la salud humana. Estos alimentos no hacen parte de la canasta familiar por lo que no afectará a las personas de más bajos recursos”, apuntó la representante.

Por otra parte, la representante Liberal destacó el hecho de que las empresas extractivas ya no podrán descontar lo pagado por regalías del impuesto de renta.

“Esto es verdaderamente justo porque esa exención evitaba que la Nación pudiera participar en la renta por sus recursos naturales explotados”, agregó González.

Por último, González señaló que, entre los aspectos a revisar, está el impacto que tendría la reforma en la tarifa del gas usado para cocinar y en la gasolina, esto como consecuencia de la ampliación del impuesto al carbono.

Análisis a la reforma en el Tolima

Algunos analistas de la región opinan que varias de las ‘líneas gruesas’ de la reforma podrían traer diferentes consecuencias y que las medidas podrían aliviar a algunos sectores y perjudicar a otros. 

Efraín Valencia, presidente de Gremios Económicos del Tolima, acotó que es clara la necesidad de implementar la reforma en el contexto nacional; sin embargo, añadió que está en discusión la coherencia entre lo que necesita el país, lo que necesita la gente y el aparato productivo de diferentes sectores empresariales.

“Hay unas líneas de acción que son favorables como otras que podrían generar un profundo impacto, no solamente a quienes tienen mayores ingresos y recursos, sino aquellas acciones relacionadas con los impuestos a las bebidas azucaradas y ultraprocesados, como estos últimos relacionados con algunos productos que manejan los tenderos de los estratos más bajos”, aseguró Valencia.

Jaime Eduardo Reyes, director del Instituto de Desarrollo Regional de la Unibagué, argumentó que los estamentos políticos deberían concentrarse en la socialización de la reforma para aliviar parte de los ‘resquemores’ que se han suscitado dentro de su implementación.

“Esta es una reforma estudiada, pero me parece que debería advertir en políticas fiscales y en gastos de inversión cómo se profundizará en las necesidades de las entidades territoriales. Sigue existiendo una gran carga para estas entidades, pero muy pocas herramientas para su buen desarrollo. En la región y sus municipios hay muchas desigualdades en la gestión pública”, añadió Reyes. 

Por otra parte, Reyes precisó que será una dificultad el hecho de que la reforma se haya presentado en medio de la alta inflación, además de recalcar los inconvenientes que traería para el Tolima las disposiciones sobre las zonas francas. 

“En la región luchamos por tener zona franca, por lo que la reforma plantea nuevos cuestionamientos frente a la viabilidad de crear estos espacios para temas de exportación al exterior”, mencionó Reyes. 

En sintonía, Valencia refirió que: “en lo que tiene que ver con las zonas francas se viene un mayor número de requisitos, por lo que dificulta la gestión de varios proyectos. La región viene haciendo esfuerzos importantes en traer inversiones importantes. Aunque hay bonanzas para las empresas, los inversionistas y accionistas sí se verán perjudicados, lo que afectará directamente al país”.

Uno de los grandes retos de la reforma se concentra en el fortalecimiento de las ofertas sociales en todas las regiones del país, asunto que se ha visto con ‘buenos ojos’ por parte de varios estamentos políticos y económicos.

Así pues, Reyes señaló que todavía se suscitan inquietudes por las cuestiones de pobreza monetaria en la región. “Pienso que hay un cambio en el paradigma social. En el caso del Gobierno Duque se hablaba de la equidad, mientras que en el actual Gobierno se habla de igualdad. Es clave evaluar cómo se puede crear riquezas a través de estos recursos que, a mi modo de ver, no son claros”, apostilló.

Elevar las solicitudes

Frente a las múltiples consideraciones que se han suscitado con la reforma, Efraín Valencia señaló que las diferentes representaciones gremiales están desarrollando espacios para emprender la contextualización de esta reforma en la región. 

“En Fenalco hay un equipo técnico que analiza los puntos de este proyecto para evaluar en dónde se impacta y qué se favorece. Se está poniendo sobre la mesa ‘lo bueno y lo malo’ para presentar iniciativas a los Representantes de la bancada en el Congreso de la República”, contó.

Y apostilló: “los gremios económicos tolimenses están articulados para llevar las iniciativas de forma conjunta. Hay rigurosidad en el análisis para llevar propuestas tanto a la reforma tributaria como al próximo Plan de Desarrollo Nacional”.

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