La idea de una boca siempre abierta a contar historias y dar a conocer deseos, fantasías e imaginación es el componente principal del diseño ganador para el Noveno Festival Internacional de la Oralidad Mundopalabra.

Alejandro Conde Aristizábal, de 34 años de edad, venezolano de nacimiento pero radicado en Ibagué por familia y el diseño gráfico, profesión a la que se dedica por unos 14 años, es el autor de esta colorida imagen.

“En boca cerrada no entran moscas, pero de una cerrada tampoco salen historias, deseos, fantasías y aventuras. Es la boca abierta como la palabra dicha, que exhala ese mundo multicolor de la narración, como es el Festival”, describe.

Y añade que dicho contenido se complementa con el cohete, el astronauta y la estrella fugaz que se acompañan de los colores primarios y algunos secundarios, en una unión que obtuvo cuatro mil 663 votos del público.

Es la primera vez que participa en un concurso de esta índole. De hecho, lo hizo aconsejado por un amigo que fue también escogido entre los 12 finalistas de esta convocatoria de la fundación Abrapalabra.

“Me gusta mucho lo que hago, desde que sea algo que también guste a las personas. No me gusta hacer las cosas por salir del paso”, reconoce, y considera además que por ello tiene clientes selectos con los que trabaja.

Esos detalles...
Durante los últimos días de la convocatoria pública, la boca diseñada por él y una de Julio Morales se disputaban el mayor nivel de preferencia, frente a lo que Alejandro incluso deseaba que “ganara el que Dios quisiera”.

De su diseño, destaca que muchos de los votantes captaron unos textos miniatura que incrustó para complementar la narración y hacer más llamativo su trabajo, “pero que alguien más observador podía encontrarlos”.

Y de la convocatoria, admite que “fue muy estresante, porque no pensé ser escogido por votación, pero cuando vi la posibilidad de ganar, me animé. Me trasnoché mucho y traté de hacer un contacto persona a persona”.