Francisco Sánchez Gómez, de nombre artístico Paco de Lucía, nació en la localidad gaditana de Algeciras, el 21 de diciembre de 1947.

Considerado el algecireño más universal, recibió numerosos premios a lo largo de su carrera, entre otros el Premio Nacional de Guitarra de Arte Flamenco, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (1992), la Distinción Honorífica de los Premios de la Música (2002) y el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (2004).

Tras su muerte, se escucharon diversas voces de sentimiento. Los Reyes y los Príncipes de Asturias enviaron sendos telegramas con sus muestras de condolencia por el fallecimiento del guitarrista. Junto a ellos ya han sido numerosas las instituciones, los responsables políticos y los artistas que han mostrado su pesar.

Entre tanto, el Instituto Andaluz de Flamenco (IAF) señaló que “se va un ícono con todos los reconocimientos posibles”. “Ha sido una desagradable sorpresa, algo nada esperado”.

Admitió a Europa Press la directora del IAF, María Ángeles Carrasco, en calificar a De Lucía como “un referente cultural en el sentido más amplio de la palabra.

“Él era flamenco porque así se definió, aunque su música trascendió para llegar a géneros muy distintos como la clásica, el jazz, la bossa-nova o la copla, con la que ahora andaba jugueteando”.

Para Carrasco, “no sólo el flamenco” llora la muerte de Paco de Lucía, “que ha revolucionado el mundo de la guitarra en general”. En estos momentos en que “casi ni lo creemos, máxime cuando la distancia lo hace todo más complicado”, dijo, y agregó que “trabajaremos en que se cumpla su voluntad, la de ser enterrado en el cementerio de Algeciras”.

El secretario de Cultura del PP-A, y portavoz parlamentario, Antonio Garrido, destacó que el artista gaditano “era uno de los raros ejemplos de artista total”, aquél que “llega a un dominio absoluto en su arte y es capaz de innovar y de crear”.