Música en las calles hace ‘sonar’ el debate

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
Hay quienes piensan que el artista no debe ser limosnero, más si se está formando de manera profesional, pero otros sugieren que cada quién es libre de desarrollar su actividad y que esto alimenta la vocación musical de la ciudad.

Ibagué, en los últimos meses, se ha convertido en una ciudad de talentos emergentes: aquellos que, aun estando inmersos en un proceso académico en el Conservatorio del Tolima o demás escuelas, no se quedan quietos y buscan dar fe de ello en las calles, donde se vive la ciudad.

Las famosas ‘chisgas’, pequeños conciertos informales a cargo de variedad de artistas en puntos diversos de la carrera Tercera, despiertan la admiración y los aplausos de la ciudadanía, pero, también, la alerta de pensar que en la Capital Musical es, precisamente, el músico quien menos apoyo recibe.

Debate en la red

Unos dicen que el músico (o el artista en general) no debe ser limosnero; otros, en cambio, defienden la idea de que el artista es libre para hacerlo y que sin patrocinios es más sencillo y mejor.

“Por favor, déjenlos trabajar; ellos con su talento no solo se ganan algunas monedas, sino que nos hacen grata la vida”, dijo a través de la cuenta de Facebook Cultura EL NUEVO DÍA el cantautor Arnulfo Moreno.

Ante este punto de vista, Armando Martínez, de la Academia Musical Colombiana, explicó que justamente un artista busca evitar que se le trate de pordiosero o limosnero, y que, si es así, “nuestra carrera musical no sirve de nada si no se encauza de manera correcta”.

“Si quieres ser músico o artista, cobra por tu servicio; de lo contrario, deja el instrumento a un lado”, señaló.

Posición profesional

EL NUEVO DÍA consultó con el maestro Juan Carlos García, docente del Conservatorio del Tolima, quien en consecuencia indicó que muchas veces estas actuaciones parten del punto de las difíciles condiciones económicas en sus familias.

“Esto es algo complejo. Ellos buscan un sustento para sus gastos diarios, y es algo que no se puede controlar”, afirmó.

Además, recuperó el hecho de que por lo general ellos buscan visibilizar la música autóctona colombiana, “la de nuestras raíces; por ese lado no le veo algo malo”.

Y aclaró que dicha práctica, “de todas maneras, no dignifica mucho la carrera de un músico (...). No es decir ‘sí lo deben hacer o no’”.

Según su punto de vista, esto corresponde al ámbito de las músicas urbanas, “que siempre han existido. Incluso de estas manifestaciones sale música muy bien hecha”.

Imagen eliminada.

Los puntos más frecuentes para estas entregas nocturnas son la plazoleta Darío Echandía, la calle 12 y la esquina de la Catedral.

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