En medio de un ambiente propicio para la lectura y la reflexión, en las instituciones educativas Amina Melendro de Pulecio y Luis Carlos Galán Sarmiento se vivió ayer el Cuarto Encuentro de Escritores, con alumnos y docentes de ambos planteles.

Allí, las preguntas sobre la inspiración en las obras fueron las más predominantes hacia los escritores Benhur Sánchez, Carlos Orlando Pardo, Luz Stella Rivera y Óscar Perdomo, invitados especiales a esta jornada.

“Me gustó que pudimos compartir con ellos y que nos enseñaron más sobre la naturaleza y la literatura; pudimos preguntarles mucho qué les inspira”, comenta Liz Nathalie Vargas, del grado Séptimo B de la ‘Amina’.

Tanto ella como su compañera Valentina Morales fueron partícipes de un encuentro al que se convocó a los más interesados en saber cómo han creado sus obras maestras, qué consejos pueden darles para ser mejores lectores y cómo destacarse al momento de su trayectoria en la escritura.

“El mensaje es que comiencen a leer; no sé por qué no les gusta, si leer es imaginar, es meterse en un mundo muy diferente a este, de la violencia”, afirma Valentina.

Más frases sensibles

“Ustedes son unos jóvenes muy afortunados”, sostuvo ante su estudiantado Ibeth Lucía Barrera, rectora del colegio Luis Carlos Galán, quien agradeció la amabilidad de los coordinadores del encuentro y la asistencia de los literatos regionales.

Uno de ellos fue, precisamente, Luz Stella Rivera, quien en dicho colegio se dejó ver “muy complacida, de ver chicos de estas edades interesados en la literatura y la escritura”.

De otro lado, Sánchez Suárez, también presidente de las Junta Directiva del Museo de Arte del Tolima, aseguró que su preparación docente en la Normal Nacional de Pitalito (Huila) fue de gran ayuda para la labor actual.

En la tarde, en medio de la Banda Sinfónica de la institución Galán Sarmiento, fue recibido también el dúo risaraldense Aires del Tolima, que enseñó a los pequeños a combinar música tradicional con poesía y narrativa.

En la institución Amina Melendro, en centenares de cofres como este se simbolizaba el misterio y el encanto de la escritura.