Así lo hicieron saber en la Catedral de Ibagué su familia, sus amigos y sus compañeros de la tertulia Tangolatría, un espacio sencillo que existe desde hace más de 12 años a partir de su afinidad hacia este galante aire.

“Es una pérdida muy importante, porque se había entregado en vida a la cultura del tango, a investigarlo, estudiarlo y aprenderlo cada vez más, pero sobre todo a difundirlo en todo el país”, consideró su hijo Luis Fernando.

Don Alfonso será recordado, en sus palabras y en lo que expresaron los líderes a la salida de la ceremonia, por su carácter estudioso, por la colección de discos, por su sabiduría y, sobre todo, su gusto y pasión por el tango y a la música en general.

El cultor que se va

Las voces de Carlos Gardel, Libertad Lamarque, Mercedes Simone, Ada Falcón inspiraron desde siempre, a este defensor de la cultura musical austral, a cumplir tal vez uno de sus más anhelados fines.

“Por fortuna y gracias a un programa radial que funcionó por muchos años en la ciudad (en Ecos del Combeima) se fue creando todo un círculo de amigos en torno del tema. Todos ellos están llamados a recibir ese testigo y continuar adelante con esa semilla que ha quedado sembrada en el corazón de todos nosotros”, indicó.

Por eso, aseguró que la pérdida no ha sido solo de un padre, un esposo o un tío, sino de alguien que “nos había transmitido mucha enseñanza y que con Tangolatría nos ha dejado un legado muy valioso, ya que es un grupo de personas amantes del tango y la música”.

Durante la velada religiosa, se destacó además el valor de hacer algo que no es fácil, como el hecho de crear una cultura relacionada con el tango, pero que gracias a ese grupo “hay personas muy hermosas que siguen con esta labor, lo hacen con mucho amor y siguen reuniéndose en la tertulia.

Allí, en la modesta casa en el barrio Las Margaritas, en el Nororiente de la ciudad, una vez al mes el círculo de amigos se reúne para compartir música y enseñanza, y se pasa un rato agradable para recordar la semilla que quedó.