“Las cosas se hacen de coraón y no para solo un momento, sino para siempre”, es la premisa con la que estos dos jóvenes unieron sus talentos para inmortalizar esas canciones de los 60, 70 y 80 que han marcado época.

Música de Eagles, Europe, Radiohead, The Beatles, Scorpion, Guns N’ Roses y Bon Jovi, entre otros, resuena en sus interpretaciones, que los han llevado a destacarse y a ganar aceptación en el mercado local y nacional.

Así iniciaron

“Desde muy pequeños escuchábamos rock y rock n roll, y surgió la inquietud. Decidimos comenzar por géneros pesados pero ya quemamos esa etapa; nos ha ido muy bien, gracias a Dios”, cuenta Leandro.

Ambos vienen de procesos autodidactas: él, gracias a una guitarra eléctrica que a los 14 años le regaló su mamá, y con la enseñanza de ella como su mejor instrucción, porque “qué mejor maestra que la mamá de uno”.

También ejecutó instrumentos de cuerdas y perteneció a la escuela de formación Bandola, cuenta, en un ritmo de aprendizaje propio.

Con respecto a André, en su infancia tocaba flauta y a los 15 años pasó a otros instrumentos como la familia de la percusión, para así empezar con la banda de metal. Ahora, ambos componen y hacen juntos sus arreglos.

“La pasamos muy bien, porque es la fusión y evolución marcada en nuestro bafgaje musical, con nuevas melodías, nuevos acordes y nuevas escalas”, dice André.

“Exige más”

Pasar de una banda de ritmos pesados a L.A. Band, donde el saxofón determina un color distinto, no es perder la calidad, pues según André, esta banda es más suave, pero exige más.

“Siempre hemos tocado juntos y ahora supimos que el metal no era el únicop género para mostrar nuestros sentimientos”, añade.

La vocación, en virtud de la aceptación que han sentido tener, es no acabar pronto con su trabajo musical.

“No tenemos un tiermpo límite y por eso buscamos ser reconocidos en todos los ámbitos, entonces vamos a seguir poco a poco”, asegura Leandro, quien reconoce que detrás del éxito del dúo hay apoyos como el de músicos independientes de dicho género en Guatemala.

Además, está el patrocinio de la Universidad del Tolima, Señal Colombia y un apoyo en curso de Proimágenes, que rodaría un documental.