Héctor Rivera, su legado a la historia y a la salud de colombia

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
Un ibaguereño convirtió una sencilla fórmula en una pomada que desde hace 52 años está presente en la historia de la radio, la televisión y por supuesto, la historia de Colombia.

Héctor Rivera nació en Ibagué en septiembre de 1930, y desde que abrió las puertas de su farmacia en 1952 no ha dejado de ir un solo día a trabajar, un ejemplo de constancia y dedicación de los tolimenses con sus trabajos.

Su vida, como la de la mayoría de colombianos, no ha sido fácil, pues desde muy niño quedó huerfano, sin embargo su familia paterna siempre estuvo involucrada con las farmacias y lo ayudo a seguir su camino.

Por esta razón, estudió solamente hasta el tercero de bachillerato, y allí decidió que tenía que trabajar para darles la oportunidad a sus hermanos de continuar con sus estudios.

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Su tío, Nicolás Rivera, fundó la droguería Internacional, y fue allí donde comenzaría la carrera de Héctor como uno de los artífices de la magia que acompañaría a la pomada Dolorán en su historia.

Con su tío trabajó alrededor de nueve años y aunque aprendió a preparar varias formulas, su anhelo siempre fue atender al público, ya que en aquella época los farmaceutas aconsejaban a los clientes sobre cual medicina curaría los dolores que los aquejaban a diario.

 

Sin dinero

 Luego de un tiempo, Héctor Rivera se retiró del negocio de su tío con la firme intención de abrir su propia farmacia. Sin dinero y solo con el apoyo de unos cuantos amigos en 1952 funda la droguería Selecta, ubicada en la carrera Segunda con calle 18, mismo sitio en el que actualmente funcionan los laboratorios Herigar.

Sin embargo, debido al poco respaldo de su músculo financiero, la droguería se encaminaba a su inminente cierre.

De manera afortunada, cuando Héctor ya había decidido que no continuaría con la droguería, apareció el vendedor de los productos Schwarzkopf, el alemán Klaus Walter Miller, quien después de una charla lo persuadió y ánimo a seguir, además convocó a los demás proveedores para que extendieran los plazos de pago. De esta manera la droguería se revitalizó.

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Aparece la magia

 El doctor Ramón Reyes Galvis, una autoridad en el mundo farmacéutico colombiano en aquella época, era muy amigo de Héctor, y siempre le aconsejó que su farmacia debería tener un producto insignia, fue así como trabajaron en la fórmula de la famosa pomada Dolorán.

Se comenzó a comercializar en muy pocas cantidades, y en apenas unas cuantas farmacias que existían en esa epoca en Ibagué.

Su hijo Germán Rivera, narró que su papá tenía la idea de hacer algo con algunos paracaídas, fue así como en una noche de tertulia y dialogando con algunos amigos les contó su idea.

Uno de esos amigos era piloto de helicóptero que trabaja en fumigación de cultivos, y a cambio de algunos pesos para la gasolina, el hombre se convirtió en su cómplice de aquella locura.

El 21 de noviembre de 1965 es coronada la única reina que ha tenido el Tolima, Edna Margarita Rudd Lucena, quien luego de ser nombrada como soberana nacional, no viajó hacia Ibagué inmediatamente sino que se quedó en la capital por unos días, tiempo suficiente para que Héctor y su amigo piloto idearan el plan. A cada cajita de cinco gramos se le instaló un pequeño paracaídas.

Cuando por fin la reina arribó a Ibagué en el carro de Bomberos y transitaba por la calle 37 con Quinta, apareció el helicóptero y comenzó a arrojar todos los paracaídas, fue así el inicio de la particular publicidad que ha acompañaso a la marca desde siempre.

A partir de ese momento, los pedidos se incrementaron y Héctor comenzó a desplegarse hacia los pueblos del Tolima.

 

La fuerza de la publicidad

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Germán narró que aunque su padre no terminó su bachillerato, siempre fue muy inquieto y perspicaz, por eso toda la publicidad de la marca fue creada por él.

Pero no fue de la noche a la la mañana que apareció como una revelación divina. Héctor siempre iba escribiendo en su libreta frases que le parecían atractivas de algún modo y así avanzó poco a poco hasta que llegó a la publicidad que la mayoría de colombianos recuerdan.

Además de lo sencillas y contundentes de las frases, Héctor contó con la ayuda de su hermano, el gran locutor y médico, Cristóbal Américo Rivera, quien con su potente voz le dio vida a los comerciales para radio y televisión.

Y aunque los comerciales para la televisión no son los más estéticos, si tienen un mensaje muy profundo, cuentan con una voz poderosa y además sencillas y contundentes frases.

Tanto así que varios comediantes hicieron muchas parodias, aportando sin querer a la fuerza de la marca, hombres como Jaime Garzón, Vargas Vil y en otros programas como Sábados Felices.

 

Presente en momentos importantes

 En 1991 la atención de los medios en Colombia se centraba en la cacería a Pablo Escobar, un sacerdote, Rafael García Herreros luego de muchos diálogos logró llevar a este hombre tras las rejas, y en ese momento estuvo presente Dolorán.

Por aquella época la tecnología estaba por decirlo de algún modo algo estancada, aunque se habían alcanzado logros importantes, las comunicaciones aún no estaban tan avanzadas.

La televisión, para llevar a cabo transmisiones en vivo y en directo se hacía vía microondas y la señal algunas veces fallaba.

Cuando Pablo Escobar decidió entregarse, la televisión colombiana transmitía este proceso, todo el país estaba paralizado frente a un televisor siguiendo lo que pasaba, para ver si era verdad o simplemente otro truco más del hombre más buscado por las autoridades hasta ese momento.

Por fin, cuando apareció Pablo Escobar, la señal se perdió por unos momentos y en ese instante apareció la famosa propaganda, “¿Sufre usted de lumbagos, calambres o dolencias similares?, sí señor, ¿Padece tortícolis, torceduras, desgarros?, sí señor…Dolorán se frota y el dolor se alivia, adiós dolores, el dolor le tiene miedo a Dolorán”, acompañada de las peculiares imágenes, que se convirtieron en parte de la historia de la televisión y del país mismo.

De igual manera la marca estuvo presente en varias versiones de la Vuelta a Colombia, gracias a que Héctor Rivera hizo muy buenas relaciones con Pedro J. Sánchez, ‘El León’; tenían un acuerdo, mientras que Rivera le traía repuestos de Bogotá, en contraprestación Pedro J. utilizaba en su cachucha la publicidad de Dolorán.

Y el vehículo de Héctor, un Volkswagen modelo 64 en el que recorría los municipios del Tolima llevando su mercancía, de igual manera acompañaba la vuelta a Colombia lleno de publicidad de la reconocida pomada.

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La compañía 

La empresa es una sociedad y existe un protocolo de familia, allí trabajan 15 personas, 10 dedicadas a la mezcla de químicos, y cinco personas en la parte administrativa.

Cuentan con 12 comercializadores a nivel nacional quienes se encargan de vender a cada uno de sus afiliados y droguerías independientes.

Es un producto OTC de venta libre, tienen el registro Invima desde hace 17 años, y fue el primer laboratorio pequeño que se certificó, incluso el mismo Invima ha pedido permiso a Héctor para que otros laboratorios los visiten, “Entonces a las pequeños laboratorios les dicen, vayan a Ibagué, allá hay una fábrica muy elemental pero que cumple con todas las reglamentaciones”, señaló Germán.

De igual manera su hijo expresó que el legado más grande que deja Héctor Rivera es la dedicación al trabajo, hacer las cosas sencillas, de manera elemental pero que los esfuerzos se multipliquen.

 

Cifra

990 Es el número de municipios en los que está presente Dolorán, de los mil 300 que tiene el país.  

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Credito
EL NUEVO DÍA

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