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El 2018 se muestra como un año de recuperación para la economía en Colombia. Por lo menos así lo consideran los empresarios del país, quienes esperan que la industria nacional tenga un mejor comportamiento que el año pasado, sin que este sea muy diferente al último periodo.

El presidente de la Asociación Colombiana de Empresarios de Colombia (Andi), Bruce Mac Master, en entrevista para Colprensa, se mostró optimista frente a las cifras y manifestó que las dificultades del año anterior dejaron ver la solidez que tiene la economía nacional.

Destacó que la recuperación en los precios del petróleo en el primer mes del año, que rondaron los 70 dólares por barril, representarían para Colombia un mayor crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB). Las proyecciones del gremio al final del 2017 estaban entre 2,2 % y 2,4 %, pero con el repunte del crudo las expectativas subieron a 2,7 % y 3,0 %.

- En 2017 el sector industrial se mostró con un desempeño muy bajo, aunque a final de año se vio una leve recuperación. ¿Eso les genera optimismo a los empresarios?

A pesar de estas dificultades del año anterior, Colombia terminó el 2017 con algunos indicadores que reflejan la solidez de esta economía: mantuvimos una tasa de desempleo de un dígito, logramos estabilizar el entorno macroeconómico, disminuimos el déficit en cuenta corriente de más de 6 % en 2015 a cerca de 3,5 % al finalizar el 2017 y se redujo ligeramente el déficit fiscal.

Todo esto se ha reflejado en la percepción que las calificadoras de riesgo tienen del país y es por ello que conservamos el grado de inversión, aunque el downgrade de S&P es una señal de alerta en lo fiscal y en materia de crecimiento.

La solidez de nuestra economía, la cual se mantiene aún en momentos de dificultades, nos permite pensar que la tendencia que veníamos trayendo se puede revertir. Queremos ver el año con optimismo, sin embargo, debo decir que no hay razones contundentes para pensar que las cosas puedan ser radicalmente diferentes. Hay definitivamente mucho espacio para actuar y hay campos en los cuales no lo estamos haciendo.

- ¿Cuáles son entonces las perspectivas que tienen los empresarios en cuanto al desempeño de la industria en este 2018?

El 2018 trae grandes desafíos, pero sin lugar a dudas el foco de la política económica de corto, mediano y largo plazo debe estar en el crecimiento. No solo el crecimiento derivado de la actividad petrolera, sino el crecimiento de todos los sectores de la economía. Es un año electoral, donde esperamos que los candidatos desarrollen una discusión, seria y profunda, sobre los grandes temas económicos y sociales que son fundamentales para el país. Una estrategia clara que vuelva a posicionar al país en una senda de crecimiento alto y sostenido debe ser parte de estos programas de gobierno. También esperamos que los temas de la política de desarrollo productivo sean parte fundamental de las propuestas. Y, por supuesto, se deben incluir los grandes retos sociales y de equidad.

- ¿Cuáles son los sectores y subsectores de la industria que se ven mejor este año?

Sin ser un año muy diferente al anterior, se tienen mejores perspectivas para todos los sectores. Esperamos que se recupere el consumo y que haya un mejor comportamiento para las empresas que proveen materias primas para construcción y obras civiles.

Así mismo, esperamos que haya recuperación de las exportaciones. Teniendo en cuenta que hay una oportunidad con la mejor dinámica que presenta la economía mundial, las empresas exportadoras podrían beneficiarse.

- ¿Cuáles son las propuestas que tienen desde el gremio para impulsar el sector?

Tal como lo mencionamos en la segunda versión de ‘Estrategia para una nueva Industrialización II’, para lograrlo es indispensable un cambio de paradigma que reconozca la importancia del papel del sector privado en el desarrollo.

Es necesario construir políticas públicas propicias para este: apoyando emprendedores, facilitando la conformación de ecosistemas que nos den competitividad en las Cadenas Globales de Valor, mejorando las condiciones de infraestructura y logística, simplificando los trámites, creando condiciones tributarias competitivas y, sobre todo, entendiendo que cuando un país se transforma así lo hace para alimentar la cadena virtuosa del desarrollo y el crecimiento.

Las oportunidades que tenemos y debemos aprovechar se encuentran en la transformación digital, infraestructura y logística, agroindustria, sostenibilidad ambiental y encadenamientos productivos.

Lo anterior solo es posible si el país cuenta con un entorno en donde se cumplan unos requisitos mínimos: certidumbre jurídica, competitividad laboral, competitividad tributaria, y lucha contra la corrupción.

- ¿Qué proyecciones hacen desde la Andi frente al crecimiento económico del país en este 2018?

A partir de los cálculos que habíamos hecho a fines del año pasado desde nuestro grupo de análisis económico, estimábamos que el crecimiento de Colombia en el 2018 se situaría entre 2,2% y 2,4 %. Esto era antes de la recuperación de precios del petróleo. Esta nueva realidad adicionará un crecimiento entre el 0,3 % y el 0,5 %. Por lo que seguramente estaremos en un rango del 2,7 % al 3 %.

- ¿Qué le están pidiendo desde el sector empresarial a los candidatos presidenciales, que de pronto no se haya escuchado en las propuestas que hasta ahora han venido presentando?

Desde hace dos años desde la Andi presentamos la Estrategia para una nueva industrialización, son dos tomos que recogen varios planteamientos para el desarrollo de una política industrial en Colombia. Esperamos que esta propuesta sea tenida en cuenta por los candidatos.

La Estrategia surgió por parte de la Andi para configurar una nueva visión de la industria, a luz de nuestra historia empresarial y de un futuro con una economía mundial cambiante y con nuevas formas de producción.

También se hizo bajo la reflexión del rol social de la empresa como un sector definitivo para el desarrollo económico del país, atado al crecimiento y bienestar de las familias colombianas. El país debe reconocer el papel del sector privado en el desarrollo de la sociedad. En el impulso al sector privado está la clave para el crecimiento económico y social. Solo los países que entienden el valor de su economía empresarial, tienen una base sólida para el resto de sus objetivos públicos.

- El gremio se ha mostrado inconforme por la alta carga tributaria que deben asumir las empresas en el país. ¿Siente que el Gobierno no les está dando el apoyo suficiente?

Más que un tema de un gobierno en particular, sostenemos que debe haber una política y certidumbre alrededor del tema tributario. En la Andi creemos en un sistema tributario colombiano competitivo internacionalmente, promotor de la inversión productiva, generador de empleo y del crecimiento sostenido de la economía.

Para el desarrollo de las empresas y de quienes se benefician de su interacción con ellas, se debe reducir la alta carga tributaria. Según el Doing Business del Banco Mundial de 2017, en pago de impuestos Colombia retrocedió 6 puestos en el último año, ocupando el 139 entre 190 países. El informe señala una tasa efectiva de tributación en Colombia del 69,8%, frente a un promedio de 46,3 % en América Latina y 40,9 % en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde).

Deben implementarse ajustes tributarios que, manteniendo el equilibrio fiscal de la nación, atienda las necesidades básicas, con austeridad en el gasto, promoción de la inversión productiva, mejoramiento de la competitividad internacional e impulso a la generación de empleo formal.

UN EMPUJÓN PARA LA INDUSTRIA

- ¿Sería necesario dar incentivos a la industria y a otros sectores para darles un empujón?

Debe haber una Política de Desarrollo Industrial, ese es el planteamiento en el que hemos venido insistiendo. Por ejemplo, hemos afirmado sobre el efecto positivo que tendrían estrategias como los estímulos para las exportaciones. Hemos propuesto al Gobierno Nacional un instrumento que nos permita incentivar las exportaciones entre el 3 % y 5 %. Algo en este rango nos equipararía a los estímulos con que cuentan países comparables, ya que este es uno de esos mecanismos que son avalados por la Organización Mundial del Comercio, y lo utilizan nuestros socios de la Alianza del Pacífico.

Hemos sostenido que las razones del gran rezago de nuestra economía frente a otras como Corea del Sur, Singapur, Finlandia, México o Turquía, que se comparaban directamente con Colombia hace 25 años, residen en varios hechos relacionados con fallas estructurales de política pública.

Colombia, a diferencia de los países que dieron el gran salto, ha rechazado cualquier forma de política de desarrollo empresarial o industrial. Con los argumentos de que el mercado selecciona los sectores que a la postre resultarán exitosos y de que cualquier incentivo sectorial es apoyo indebido al sector privado, se ha mantenido a este totalmente alejado de las políticas empresariales por muchos años.

Credito
COLPRENSA

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