“Ya existe un respeto hacia la escena colombiana”

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
Entrevista con Octavio Arbeláez, quien es el director del Festival de Teatro de Manizales, que este año llega a sus bodas de oro, cumpliendo con su edición número cincuenta.

“Yo soy reciente, tan sólo llevo 35 años de los 50 que tiene el festival’, es lo primero que dice Octavio Arbeláez, quien no sólo es el director del Festival de Teatro de Manizales, también lidera el Festival Internacional de las Artes de Costa Rica, el mercado latinoamericano de la música (Circulart) junto a la creación de Mapas, el Mercado de las Artes Performativas del Atlántico Sur.

Este abogado manizaleño, especializado en marketing cultural, desde muy joven se ha involucrado en la gestión cultural como Decano de Artes de la Universidad de Caldas, también se ha desempeñado como Director de Artes del Ministerio de Cultura. Toda una vida dedicada a la cultura, tanto dentro como fuera del país.

De ahí, que en los últimos meses recibiera varios homenajes, como la Mención Internacional al Mérito de la Sociedad Internacional de las Artes Escénicas y el Primer Premio Glommnet, entregado por la Red Mundial de Mercados de la Música con sede en Seúl (Corea), y hace poco, condecorado por el Congreso de la República de Colombia.

Del 5 al 14 de octubre de este año, en distintos espacios de la capital del Caldas, se desarrollará este festival, con una programación especial al cumplir medio siglo de apuesta a las artes escénicas.

 

Bodas de oro

-¿Difícil la organización de un festival que se realiza cada año?

Un festival que se realiza cada año como este te exige mucha disciplina y organización, porque mientras te preparas para la edición de este año, ya estás pensando en las ediciones de 2019 y 2020. De hecho, ya tengo algunos grupos confirmados para esas ediciones.

-¿Esta edición será especial?

Sí. Es autorreferencial y un poco mirando a la historia del teatro Latinoamericano. Lo interesante es que vamos a tener un referente histórico inicial con grupos de larga trayectoria en América Latina, muchos de ellos, como el festival que ronda los 50 años.

Hemos estado viendo el archivo histórico del festival y nos hemos encontrado con cosas realmente interesantes, con la efervescencia de esos años. Es muy chévere pensar en mostrar lo que ha pasado en Latinoamérica en el teatro en los últimos cincuenta años, también ver cómo en la primera etapa del evento, Colombia era una isla en medio de las dictaduras, lo cual era interesante para los grupos invitados porque aquí sí podían hablar.

Será interesante ver lo que se hacía en un inicio del festival, con mucho teatro militante, que muchos deben salir al exilio. La idea es ver qué ha pasado con todos esos grupos 50 años más tarde.

-¿Qué nos puede adelantar de los invitados especiales?

Dentro de los invitados tenemos historias preciosas. ‘Yuyachcani’ un colectivo estaba cerca de la gente de Eugenio Barba, con un entrenamiento brutal, pero que llegó un momento en el que se cansaron, se dieron un año sabático y se fueron a distintas partes del mundo para luego regresar y seguir como grupo, ahora con una visión del mundo hipercontemporánea.

Trabajan mucho la dinámica performática, en tiempos de la presidencia de Fujimori, todos los días en la Plaza de San Martín en Lima, con actrices y mujeres del común lavando la bandera peruana al mediodía, todos los días. La potencia del elemento simbólico era brutal.

Está también ‘MalaYerba’, que su director mendocino emigra a Ecuador donde empieza a trabajar y se convierte en un grupo de referencia en América Latina y viaja por todo el mundo, por lo que su presencia será interesante para ver qué ha ocurrido con estos discursos sobre emigración y la tierra de nadie.

-Muchos participantes han crecido de la mano del festival...

Hay generaciones que han crecido de manera paralela a la historia del festival, porque al final, los festivales son testigos de su tiempo. Es el caso del Teatro Petra de Fabio Rubiano, quien confiesa que decidió hacer teatro cuando iba de estudiante a Manizales y ya lleva más de 30 años de labores. Todo eso nos interesó tenerlo dentro de esta edición para ver cómo han vivido el teatro en los últimos años y ver para dónde va el teatro.

-¿Cómo es el trabajo del festival con la escena local?

Hemos conseguido hacer un diálogo muy fluido con la escena local con cerca de diez agrupaciones, casi todas jóvenes, algunas otras con una larga historia, pero en su mayoría, fruto de una escuela de teatro que se fundó en la Universidad de Caldas conjuntamente con el festival. Esos procesos se han ido acompañando y ya vemos como dos o tres grupos están haciendo giras nacionales y saliendo del país, e incluso con coproducciones internacionales.

Era una deuda que tenía el festival con la comunidad. El objeto de la organización de un festival es realizar un festival de teatro, punto; pero se supone que puede ser una escena que genera un impacto dentro de los artistas. Algo similar a lo que ocurre con el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, donde hay una comunidad artística que tiene una escuela grandísima al poder estar viendo un montón de propuestas en su propia casa. Ya hemos podido hacer intervenciones, a lo largo de los años hemos realizado coproducciones.

-Se lanzará un libro de Santiago García dentro del festival...

Es el buque insignia del teatro colombiano en su historia. Es una referencia, es un hombre sabio que abrió muchos caminos e inspiró a mucha gente, por lo que en el festival tendremos su obra, tanto a través del libro como a través de sus herederos y grupo.

 

Preguntas y respuestas

-Hablemos de la oferta de teatro callejero...

 Siempre unas celebraciones así deben tener un ponqué (risas). Para estos cincuenta años pensamos en el regalo que le deberíamos dar a la gente y pensamos en un espectáculo visual, potente y muy popular, porque la gente sigue teniendo mucha distancia con el teatro, porque quieren divertirse más que pensar, entonces venimos con una obra que se desarrolla a 40 metros del suelo, con una capacidad comunicativa muy grande. También unas muñecas gigantes con unas cantantes de ópera que van a desfilar.

Son cerca de 16 espectáculos que intervendrán distintos espacios públicos de Manizales, que tiene como objetivo que la gente pueda ser tocada por el teatro y se sientan parte del festival.

- ¿Un público cautivo?

 El festival siempre ha sido muy concurrido, por público no sufrimos, y en parte se debe a que es una ciudad joven y universitaria, que hace que tengamos un diálogo fluido y de complicidad con ellos.

- ¿Existe la cultura del pago dentro del público del festival?

 Siempre somos partidarios de que la boleta se compre, lo cual genera respeto frente al artista, pero siempre asequible para todo el público, con descuentos entre el 40 y 60 por ciento. El pasado viernes realizamos un trasnochón donde el público pudo acceder a boletería hasta con un 90 por ciento de descuento.

- ¿Y el invitado especial?

 Bogotá es el invitado especial este año, porque en esta ciudad se concentra la mayor parte de la producción escénica nacional. Hicimos un convenio con Idartes para que seis compañías vayan a Manizales y representen la escena colombiana.

Además, tendremos una plataforma pequeña con los programadores y directores invitados quienes podrán conocer todo el portafolio de artes escénicas.

- ¿Cómo nos ven desde el exterior?

 Hemos conseguido que Colombia llegue a muchas partes como invitado especial, y eso lo han propiciado la Red EuroLatinoamericana de Artes Escénicas. Esto ha permitido que ya exista un respeto hacia la escena colombiana, siendo una red de más de 30 miembros que hemos conseguido seducirlos al teatro colombiano. Ahora se volvieron muy amigos del teatro nacional. Tener 27 festivales latinoamericanos y ocho europeos con los ojos puestos en nosotros no está mal.

 

Dato

El Festival de Teatro de Manizales se prepara para celebrar sus 50 años de actividades. 

Credito
COLPRENSA

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