Efe Gómez, 80 años de su partida

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Francisco Gómez Escobar, “Efe Gómez”, nació en Fredonia (Antioquia) el 8 de mayo de 1867, falleció en Medellín el 25 de octubre de 1938. Escritor y minero. Lector de Stendhal, Tolstoi, Goethe, Gogol, Dostoievski, Víctor Hugo, Emilio Zolá y Anatole France.

Su vida se desenvolvió en una época crucial para el país en cuanto al desarrollo del transporte, como el Ferrocarril, la economía al iniciarse los trazos de las carreteras a partir de los caminos de arriería, las luchas partidistas y las guerras civiles que operaban a principios del siglo, el progreso artístico y cultural con la influencia de movimientos allegados desde Europa que influyeron a su vez en las letras latinoamericanas.

Contemporáneo y amigo de Tomás Carrasquilla (novelista), Piquillo Jaramillo (ingeniero), Alfonso Castro, Gabriel Latorre, Francisco de Paula Rendón, Ciro Mendía, Quico Villa, Antonio J. Cano y León de Greiff (literatos), Pedro Nel Gómez (pintor) y Fernando González (filósofo), con quienes se reunía en la librería del “Negro” Cano a intercambiar ideas sobre los últimos títulos de escritores y filósofos europeos entre ellos Friedrich Nietzsche y Arthur Schopenhauer, que de una u otra forma influyeron en su obra. De esas reuniones, surgió un grupo difusor y crítico de las producciones de sus miembros en periódicos y revistas como La Miscelánea, El Montañés, El Repertorio, Cyrano, Alpha, Cirirí, Lectura Breve, Claridad, El Espectador, entre otros.

Efe Gómez expone en su narrativa al hombre como protagonista, en su circunstancia de vida, en el pueblo, en la selva y en la mina. Escritor de cuentos como “Guayabo negro”, “En las minas”, “La tragedia del minero”, “Un Zarathustra maicero”, “Retorno”, “Almas rudas”, con fuerza narrativa, lenguaje riguroso y exquisito, respetuoso de los personajes en la relación con su entorno. Un autor de quien se tenía razón a través de revistas y periódicos de fines del siglo XIX y comienzos del XX; en algunas antologías como las que publicaran Baldomero Sanín Cano, Eduardo Pachón Padilla, sobre autores antioqueños como René Uribe Ferrer, José J. Zapata y Eduardo Zuleta, entre otros, hasta la aparición del libro de su hija Clarita Gómez con una selección de sus mejores cuentos y un prólogo donde expone vida y obra de Don Efe.

Francisco Gómez Escobar, un autor de fines del siglo XIX, época del modernismo y de los cuadros de costumbres, trascendía el realismo de su época. No un realismo social como se vislumbraba en la primera treintena del siglo XX, se anticipaba en la propuesta de un realismo social avanzando hacia el realismo crítico que vendría alrededor de los años 50. Se podría decir que en la narrativa de Don Efe nos encontramos con un realismo socio-crítico3, por la forma en que aparecen y se desenvuelven sus personajes, sus vivencias, sus sentires, sus deseos y sus angustias, razón por la cual decidí buscar en ellos la presencia de los existencialistas alemanes Nietzsche y Schopenhauer, de quienes tomé en parte lo que promulga el realismo despiadado que puede vivir el ser humano en situaciones donde su vida es una constante lucha sin objetivo, que no se piensa en un mañana porque no se sabe cómo terminará el hoy.

En mi libro Efe Gómez, entre la incertidumbre y el fracaso abordo cada situación de los personajes desde los diferentes escenarios como “Don Esteban Manuel”, desde la libertad; “Un padre de la patria”, desde el poder; “Carne”, desde el amor”, “En la selva” desde la presencia del extraño. De igual manera, la blasfemia como rebeldía religiosa, el pesimismo como voluntad de la nada y el tiempo como degradación en la búsqueda del hombre; “Guayabo Negro”, desde el alcohol; “El loco”, desde la locura; y la concepción de la mujer como generadora de angustia.

Un aspecto de gran importancia en la obra es Pedro, un personaje que evoluciona en los diferentes ambientes y es prácticamente de quien se vale el autor para hilar la temática propuesta del hombre antioqueño que lucha, trabaja, y que da la vida por su patria y por quienes más ama: su mujer, sus hijos y su familia; cuya figura está presente en 11 de sus relatos y es el eje de su novela Mi gente.

Perucho, Pedro y Don Pedrón. Podría considerarse como el alter-ego del autor, sin embargo, aunque a través de su recorrido por la obra destaca algunas coincidencias de edad y de ires y venires entre la ciudad, el pueblo, la selva y las minas, no logra involucrarse directa y definitivamente con su vida y su personalidad.

 

Revisemos un poco el personaje Pedro en sus

cuentos:

-Perucho, con 13 años de edad. Aparece como Pedro, en “Melito”, es testigo de un crimen. Toño Pardo -con quien se encuentra de nuevo en “El loco”-, ocasiona la muerte a su hijo. Así comienza el despertar de Pedro ante una vida real y cruel. También Perucho aparece en “El Monito Fleis”. No tan joven, como en “Rafael”. Es el químico de la empresa.

-Pedro, en “La orgía” y “Dúo”, es un hombre joven enamorado, se sumerge en un ambiente caótico de vicios. En “El diario de Pedro”, más avanzado en edad, reflexiona y compara al hombre del pasado con el del presente en la pérdida del sentimiento de lucha y heroísmo.

Pedro Zabala, en “Guayabo Negro” y “El Loco”. Aparece con nombre y apellido, “… es el núcleo desde donde emanan los mundos situacionales creativos de Efe Gómez. Es un hombre sujeto a una vida que lo enfrenta al amor, a la sociedad, a la moral, a lo religioso y a su raza”. Pedro Zabala, entidad vista desde su interior en sus pasiones, en su carácter rebelde que lo conduce a la fatalidad, en una lucha consigo mismo, que vive la tragedia de su propia existencia.

Don Pedro o Don Pedrón, en “Un héroe de dura cerviz”, un Pedro diferente, cabeciduro, imponente.

Pedro el Barcino, en “Almas rudas”, un hombre viejo que encuentra la muerte; se contradice entre la resignación y la rebeldía religiosa. “Invoca a la Virgen, bebe el agua de la fuente creyendo salvarse, protesta y llama al Maldito. (…) Entrega su alma al Maldito al sentir que Dios lo abandona”.

Francisco Gómez Escobar –Efe Gómez- a quien cariñosamente Doña Inés –su esposa- llamaba “Quico”, gran escritor, hombre ilustre a quien recordamos el 25 de octubre, (1938-2018), 80 años de su partida Una fecha especial para la familia, los amigos y para quienes hemos tenido la oportunidad de abordar su vida, su pensamiento y su sentir a través de su legado más preciado: su obra.

Sea este escrito, una forma de recordar al autor, que cada día, en cada relectura de su obra se consolida más dentro de las letras colombianas, y se confirma su calidad escritural y su estilo de ver y de sentir la vida con el amor y con el dolor de un antioqueño que ama su familia, su tierra, su país, su región y su raza.

Paz en su tumba.

Credito
MARTA FARIDE ESTEFAN UPEGUI - ESPECIAL PARA EL NUEVO DÍA

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