Recordar a Jaime de Zorroza y Landia es servir al prójimo con amor

Este hijo adoptivo que se caracterizó por ser un gran filántropo y empresario; dedicó sus mayores esfuerzos al crecimiento social y económico del departamento.

En el corazón de los tolimenses quedaron guardados los recuerdos de don Jaime, que hacen homenaje a la entrega y amor por el prójimo, especialmente en esta fecha, en la que él inauguró grandes obras sociales, con motivo de celebrar su cumpleaños y comunicar el mensaje de solidaridad y respeto por el otro.

Nació el 29 de diciembre de 1919, en Morga, Vizcaya en el País Vasco, y tiempo después halló en el Tolima su hogar ideal, estas tierras cálidas disfrutaron de su presencia por décadas desde su llegada en 1946; en ese entonces el joven de 26 años abandonó su territorio natal huyendo de la Guerra Civil.

A pesar de vivenciar la crudeza de la violencia en los dos países, él siempre se mostró como una persona empática, humilde y perseverante que no dejó que nada apagara su espíritu, por esta razón que la lista de obras que desarrolló sea interminable, y sea considerado un personaje ilustre de la historia de la región.

Buscó contribuir en cada sector de la sociedad, como lo hizo desde la educación al haber sido un gran impulsador y apoyo de la Universidad de Ibagué y del Centro Técnico y Tecnológico San José, demostrando que esta era una de sus más importantes causas.

Otra de sus principales cualidades era su devoción a Dios. Don Jaime se crió en un hogar de fuertes bases religiosas por lo que recordarlo es rememorar cada celebración religiosa, a su patrono el Apóstol Santiago de Compostela, la Fiesta de Santa Ana y San Isidro Labrador, patrón de los agricultores del mundo a quien dedicaba con alabanzas el duro trabajo de labrar la tierra.

Esta sería una de las razones que más lo enamoró de la ibaguereña Ana Julia Suárez, con quien forjó un hogar y compartió la bondad de ofrecer bienestar a los demás de manera desinteresada; irradiaban armonía, respeto y un profundo amor por Dios.

Esa honesta fraternidad entre ellos, los haría coincidir en trabajar en su premisa del bien común al liderar grandes proyectos sociales como el caso del barrio Santa Ana en El Salado, donde también donaron la Parroquia que lleva su mismo nombre.

Asimismo, un 29 de diciembre de 2009 a sus 90 años de edad hizo realidad el sueño de su amada esposa, desarrolló la asamblea de Asociados con el fin de constituir una entidad sin ánimo de lucro hoy nombrada Fundacion Jaime y Ana Julia de Zorroza, causa que durante más de 40 años ha contribuido al bienestar y calidad de vida de los adultos mayores de la Corporación Jardín de los Abuelos, que hoy alberga y cuida a 200 adultos mayores.

La pareja donó el lote para la Corporación y también la construcción de los apartamentos de San Isidro, para que de esta manera el Jardín siempre contara con entradas económicas.

Y como si fuera poco don Jaime y doña Ana Julia también ofrecieron su ayuda en la construcción del barrio Tierra Grata, pensado en los soldados afectados por la guerra, y su constante ayuda a diferentes fundaciones, Ong y Corporaciones.

Por lo que recordar a Jaime de Zorroza, sobre todo hoy en su cumpleaños, es abrir el corazón a Jesús, servir al prójimo con amor y honrar su memoria con respeto y admiración como empresario, benefactor y gran ser humano; es conservar su legado.

Él decía que el mundo era enredado pero que con trabajo, amor y fe en Dios sería posible vivir en uno mejor; que esta sea una fecha para admirarlo como un gran ejemplo de vida para las futuras generaciones.

Credito
EL NUEVO DÍA

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