“Me gusta pensar que las crónicas son los cuentos que nunca escribí”

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
Entrevista con Martín Caparrós, uno de los invitados especiales a la Feria Internacional del Libro de Bogotá y quien se encuentra celebrando 45 años de actividad periodística.

El sábado 16 de febrero de 1974 empezó todo. Con tan sólo 16 años y recién graduado del colegio, Martín Caparrós cruzaba Buenos Aires para llegar al diario donde trabajaba desde hace algunos meses. Era el Che Pibe de la redacción, como en Argentina se le conoce al aprendiz que llegaba para dar sus primeros pasos, realizando los más elementales deberes: “Che Pibe, tráeme un café”, era la orden más usual que recibía.

Pero ese sábado no se dedicó a repartir cafés, documentos o enviar un fax. Era verano en el Cono Sur y la redacción tenía turno reducido y un sólo periodista tenía varias páginas del diario por cerrar y sólo no lo lograría.

El periodista, apresurado por la cercanía de la hora del cierre, llamó a Martín y le preguntó si sería capaz de escribir una nota. Caparrós no lo pensó, sólo lanzó un sonoro sí y se puso en marcha con la historia del hallazgo del pie de un montañista japonés que se había perdido en los años sesenta.

Ese fue el inicio, la primera nota que con el paso de los años se ha convertido en uno de los periodistas más importantes de Iberoamérica, quien ha recibido los más importantes elogios por sus novelas, pero en especial, por su labor periodística y la exaltación que hace del género de la crónica.

Martín Caparrós se encuentra en Colombia como invitado a la Feria Internacional del Libro de Bogotá, pero no ha llegado con las manos vacías, se acaba de publicar su novela ‘Todo por la patria’, una mirada a la época de oro del tango en Argentina donde aparece un joven de apellido Borges.

También una edición especial de ‘Larga Distancia’, su primer libro de crónicas publicado por primera vez en 1992, cuando era extraño que se publicaran este tipo de libros, pero que con los años se ha convertido en material de estudio de las facultades de periodismo.

 

De viaje por América Latina

-Cómo ha sido la experiencia de recorrer las principales ciudades de América Latina y narrarlas a través de una crónica...

Es un proyecto de las grandes ciudades de América Latina que va saliendo mes a mes en El País de España y que me ha mantenido viajando mucho por estas ciudades, con 8 o 10 días para intentar contar lo que es esa ciudad, lo que es un despropósito, pero de algún modo transmitir las sensaciones y las formas de vida que cada ciudad produce.

Empecé en Bogotá porque me sentía más cómodo, pero al llegar te enfrentas a la pregunta ¿cómo cuentas una enorme ciudad? Con días de zozobra, cosa que me gusta particularmente, porque después de tantos años en esto, poder encontrarme de vez en cuando con algo que me asuste, que me preocupe o no sepa cómo hacer, es un momento muy interesante.

Bogotá fue la primera que hice, pero por el momento coyuntural salió primero la de Caracas, Ciudad de México y este fin de semana La Habana. Vengo de hacer Buenos Aires, mi ciudad, la más difícil y ahora me voy para Miami.

-Buenos Aires, ¿Lo que más se conoce, a veces, es lo más difícil de contar?

Por varias razones. Por un lado, porque no tienes la distancia suficiente como para ver una cantidad de cosas que te son familiares, no las notas, parece que no sabes qué vale la pena ser contado y al mismo tiempo tienes demasiadas cosas que contar. Pero más o menos la cosa salió.

-¿Incluyó en el proyecto a Miami?

Me parece una ciudad interesante porque es uno de los lugares donde se cocina una forma de ser latinoamericano muy particular. Probablemente uno de los pocos lugares donde la idea de latinoamericano tiene un sentido muy fuerte porque en otros sitios, como aquí, ustedes primero piensan en ser colombianos y en segundo o tercer plano latinoamericanos, lo mismo nos pasa a los argentinos, en cambio en Miami hay una mezcla de personas de distintos países que su identidad es la de ser latinos, por lo que me parece interesante profundizar en ello. 

 

Un tango en Buenos Aires

-Presenta en la Filbo su novela ‘Todo por la patria’, una historia en la Buenos Aires de los años treinta...

Es una época que siempre me intrigó por varias razones, aunque hay distintas épocas de Buenos Aires que me intrigan especialmente, porque pese a vivir hace seis años en Madrid, Buenos Aires sigue siendo mi ciudad.

Me interesaron los años treinta porque el tango era algo muy vivo en Buenos Aires, ahora es una pieza de museo o para venderles a los extranjeros, hace cincuenta años no se compone un buen tango, pero en aquella época, un muchacho que quería enamorar o sentirse rebelde componía un tango, no un rap o reggaetón.

Tenía ganas de visitar esa época y la excusa se presentó al encontrar un episodio cierto sobre el jugador más famoso de la época, Bernabé Ferreyra, ‘La fiera’ le decían, un día desapareció y nadie sabía dónde estaba. Pocos días después se supo que se había vuelto a su tierra natal porque quería más plata. En esa época, que todos imaginábamos tan romántica que los jugadores jugaban por amor a la camiseta, este hecho demuestra que lo hacían por el dinero.

A partir de eso quería escribir un thriller medio policial con un muchacho que quiere escribir tangos y no le salen, mientras lo intenta descubre situaciones turbias de grupos nacionalistas de la época. La pasé muy bien escribiéndola.

Una sociedad que está en uno de esos clásicos momentos de crisis, lo cual es muy curioso, porque los argentinos hoy solemos pensar que los años veinte o treinta eran grandes momentos de la Argentina, cuando pudo ser grande, pero al trabajar esa época, te encuentras que ya existía la sensación que la Argentina ya había fracasado.

-¿Hace un buen tiempo que no escribía dentro del género del thriller?

Yo escribí dos o tres. El primero en el año noventa que se llamó ‘El tercer cuerpo’ y que fue una especie de remedio para un momento que la pasaba mal y trataba de escribir una novela que no salía y me la pasaba deprimido y todo estaba jodido, por lo que decidí empezar algo que sí me saliera y me entretuviera, y apareció esta novela.

Como en el 2004 apareció ‘Valfierno’ que ganó el Premio Novela, que quizás es el menos thriller de todos, porque tanto la primera como ‘Todo por la patria’ son muy respetuosas del género y sus reglas, con sus intrigas.

-¿Aparece Jorge Luis Borges?

Aparece disputando el amor con el chico de los tangos. Me parecía interesante pensar a Borges antes de que fuera Borges, porque todo sucede en el año 33 y el primer libro que uno pueden considerar propiamente lo que después él fue, se publicó en el año de 1935 con ‘La historia universal de la infamia’, pero antes de eso era una poeta torpe y pretencioso. Me causaba mucha gracia ponerlo, porque quizás no tiene mucho que ver con lo que después fue.

-¿Incluso compuso un tango para esta novela?

Andrés Rivarola siempre intenta componer tangos y el único que le sale es donde insulta a ese Borges que se cree muy varón pero en realidad es una especie de mantequita. Aunque no sale con música en el libro si que la tiene el tango y tengo ganas de grabarlo.

-¿Y el libro ‘Larga distancia’?

Es una edición conmemorativa porque el libro original fue publicado en el año 1992, siendo mi primer libro de crónicas, de no-ficción. El año anterior me habían dado el premio Rey de España por algunas de estas crónicas y esto me permitió convencer a un editor publicar un libro de este género tan raro llamado crónica.

Hace dos años se lanzó en España una edición conmemorativa por los 25 años de la primera publicación y son crónicas que se siguen leyendo. Me gusta pensar que las crónicas son los cuentos que nunca escribí, porque escribí novelas pero nunca cuentos.

-¿Organizó la Copa América de la corrupción?

Se nos ocurrió en Bogotá en una tarde lluviosa típica cachaca con mi amigo Omar Rincón en que nos reíamos sobre las reuniones de periodistas de distintas partes de América Latina, en algún momento en que el alcohol es suficiente, empieza una competencia para ver quien tiene la más terrible corrupción.

Se nos ocurrió tratar de reproducir eso, pidiéndole a un periodista por país, que contara su mejor corrupción para que compitiera con las otras. Con esa premisa armamos ‘Perdimos: Quién ganará la Copa América de la corrupción’, con 20 historias de América Latina y España.

También hay una página web donde los lectores pueden votar para ver quién ganará. Seguramente a finales de este año tendremos la definición.

-¿Cumplió 45 años de labores periodísticas?

El 16 de febrero cumplí 45 años de trabajo en el periodismo desde el día en que escribí mi primera nota. Trabajaba en lo que se llama en Argentina cadete o chepibe, quien lleva café o papeles y le dicen: “Che Pibe traéme tal cosa” en un diario. Era un día de verano en 1974, había muy poca gente y un periodista tenía que cerrar varias páginas y me dijo que si podía escribir. Tenía 16 años, cababa de salir del colegio y me creía capaz de cualquier cosa y escribí una nota sobre el hallazgo del pie izquierdo de un japonés que se había perdido diez años atrás en el Aconcagua.

Credito
BOGOTÁ

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