“No creo en la suerte”: Olga B. González

JORGE CUÉLLAR - EL NUEVO DÍA
Ser tan apasionada, extrovertida y frentera se convierten en los peores pecados de Olga B. La empresaria anuncia que está pensando en buscar de nuevo la Alcaldía de Ibagué.

Una mujer de carácter recio, voz fuerte, marcado acento paisa y buen humor puede definirse a primera vista la empresaria y política Olga Beatriz González.

Esta exitosa mujer nacida en Pueblo Rico, Antioquia, hace 54 años y radicada haca 30 en el Tolima, reconoce que su ego es tan alto que se ve perfecta, a la  vez que asegura que no cree en la suerte y que jamás entablaría una relación con un hombre menor, ni porque quedara viuda. 

Con su posición económica ha logrado satisfacer sus deseos de recorrer el mundo, apoyar nobles causas y satisfacer todas sus fantasías. Lo único que le falta, según dijo es ser alcaldesa de Ibagué, tierra que la adoptó hace 25 años. 

En la capital musical no solo hizo su fortuna, sino que encontró el amor en Sergio, quien le ayudó a borrar de su corazón el dolor por la pérdida de su primer esposo. 

A causa de la guerra del país, Olga B. González, no solo enviudó muy joven, con dos pequeños hijos, sino que perdió un hermano, seis cuñados y mucha gente amiga. 

“Unos fueron asesinados por la guerrilla, otros por los paramilitares y otros por el Estado”, menciona, a la vez que advierte que si bien fueron años de dolor, rabia, indignación en su corazón y en los de su familia ya no hay rencor, “ llevo 10 años en total y absoluta paz y tranquilidad, esa cadena ya la rompimos”. 

Pese a que perdonó, aun sigue pidiendo verdad “porque esos crímenes sabemos quiénes los cometieron, pero necesitamos saberlo por qué lo hicieron”.

Usted como empresaria de los juegos de azar, ¿cree en la suerte?

Yo no creo en la suerte, porque no creo sino en lo que yo construyo con trabajo, dedicación, esfuerzo, persistencia  y lucha. Si la persona trabaja, es organizada, disciplinada, tiene metas y programa su vida es una persona exitosa.

¿Es decir que usted es una operadora, más no consumidora?

Exacto;  nunca he jugado en mi vida.  Soy una excelente operadora de una actividad,  legalizada hace más de 28 años en Colombia, donde lo hago con eficiencia, efectividad y un profundo grado de responsabilidad social.

Yo no me compraría un chance porque puede que me lo gane como puede que lo pierda, pero si la gente pensara así no habría ingresos para sostener esa carga laboral que tenemos  ni pagaríamos los  tributos, pero yo no soy jugadora.

¿Entonces cómo mata el tiempo Olga B.?

El poco tiempo que me queda libre se lo dedico a mis hijos, a mi esposo, a mis nietos, a la lectura y al estudio de la historia mundial y colombiana. 

¿A qué le teme?

Soy una persona muy nerviosa y con varios miedos por superar, entre ellos, el temor a los ladrones y a que me hagan daño o se lo hagan a mis hijos u otro miembro de mi familia, estos son fundados debido a todo lo que me ha pasado a nivel de seguridad. También le tengo pánico a los terremotos, a las grandes explosiones, a los atentados terroristas, a las culebras, a la oscuridad y a las noches de lluvias con tormentas eléctricas.

En 2012 fue objeto de un robo en su propia casa y se dijo que por esta situación se marcharía de Ibagué, ¿qué la hizo quedar? 

Que de aquí no me mueve nadie. Me duele decir que la ciudad que más amo es donde más he sido maltratada desde el punto de vista de los ladrones. Me han robado en la casa, en los restaurantes, en las discotecas, en la calle. Llevo 10 robos y la última vez fue con patas y manos. La última fue la tapa, me cogieron a mí, al hijo mayor,  al pequeño, a mi yerno, a mi primera que acaba de llegar de Medellín y nos amordazaron. Fueron 40 minutos espantosos, pero no quiero victimizarme.

En la mediana edad

¿Qué le dice a las cincuentonas?

Que es la mejor época de la vida. Tener 50 años es la edad más bella de las mujeres porque no se está en la angustia existencial de tener un cuerpo de 30, sino que se madura y se acepta uno como es.  Tener 50 años significa la libertad, el dominio y la capacidad de uno decir hago lo que me da la gana y punto.

¿Qué está disfrutando ahora que no hizo en sus años mozos?

Antes fueron muchos años de sacrificio, de necesidades, esfuerzos y condiciones complicadas y duras, que no permitían una mejor calidad de vida y hoy que la tengo me permite tener el placer de ver los hijos, el esposo y la familia y recorrer el mundo. 

El mundo entero me lo conozco, aquí muchos alcaldes los escogen y no han salido ni de Gualanday, yo conozco muchas culturas, he podido ver otros referentes de progreso y desarrollo en otras latitudes. A estos años lo tengo todo, lo espiritual, la familia, y lo material que me permite  desarrollarme como persona y ser humano.

¿Ha pasado por el quirófano?

Sí. Me hice una corrección en la nariz porque tenía una desviación de tabique, pero jamás me he hecho una intervención estética, eso no significa que no me las vaya hacer, pues  si toca hacerme algún arreglito me lo hago, no lo he necesitado por ahora, pero llagado el momento no lo dude.

¿Lipo o pategallinas?

La verdad es que yo de la cara no me arreglo nada, yo mis arrugas las amo porque son la expresión de mis ojos, mi vida  y mi alma; si me arreglo lo hago del cuellito para abajo. Risas.

¿A qué edad empezó a pintarse las canas?

Yo encané muy joven. Empecé a tinturarme el cabello desde los 35 años y hoy estoy totalmente canosa.

¿De sus 54 años de qué se arrepiente?

De nada, porque lo que he vivido ha sido a plenitud, con pasión y con entrega.

¿Qué le falta por vivir?

No me falta sino antes de irme de este planeta ser alcaldesa de los ibaguereños, del resto todo lo he hecho en la vida, como empresaria exitosa, como madre, como mujer,  he vivido la pobreza, la miseria, la abundancia, he pasado por los estados: viuda, sola, triste, casada, enamorada, arrejuntada y vuelta a casar; me conozco el mundo entero, tengo los hijos más maravillosos, los nietos más hermosos, los hermanos y mi madre viva.

¿Qué piensa de las relaciones con hombres menores?

Si una mujer madura quiere conseguirse un pollo yo no opino porque cada uno actúa de acuerdo a sus necesidades y a sus intereses, yo respeto la mujer que quiera irse con un hombre más joven, allá ella, que  asuma las consecuencias y los costos que significa enamorarse.  Si es para pasarla bien bueno que lo haga, pero tiene que darse cuenta que el muchacho no va a estar con ella porque la quiera sino por interés.

Olga B., ¿lo haría?

No. jamás tendría un pollo. Yo si me llegara a separar de mi esposo, que eso no va a suceder, pero pongamos, me llegara a faltar por cualquier circunstancia de la vida yo viviría una viudez hasta el final de mis días. 

La tercera, es la vencida...

¿El poder la seduce?

El poder me seduce en medida que sirva como instrumento para el servicio. Estoy convencida que se tiene que tener un poder para poseer capacidad de decisión, mando y autoridad para ayudar a la transformación de la sociedad.

Usted tiene dinero y reconocimiento, ¿qué persigue tras la política?

Creo que a través de ella es donde realmente se puede servir a la gente. 

¿Aspirará de nuevo a la Alcaldía de Ibagué?

Lo estoy pensando. Veo que es un momento importante en mi vida personal, en las necesidades que veo en la ciudad, los retos que tienen los ibaguereños y los problemas sociales de la ciudad. Me estoy animando porque ya dos veces fui candidata y pienso que la tercera es la vencida.

¿No teme quemarse?

No, y en las anteriores no diría que me quemaron, creo que me he construido mejor como mujer y como persona. Creo que cada campaña trae un aprendizaje y de cada una he quedado llena de experiencia, vida, del afecto de la gente, feliz y satisfecha porque he hecho mi tarea con honorabilidad, decencia. 

Le he propuesto a los ibaguereños lo mejor, y considero que sido la mejor candidata, pero las condiciones históricas no se me habían dado para ganar, ahora creo que sí tengo todas las condiciones: la madurez, la preparación, conozco muy bien la ciudad, tengo el inmenso amor para la gente, tengo la visión estratégica, y creo que  seré una excelente gerente, además que lo haría con toda la pulcritud y honorabilidad, con la capacidad de una mujer que se ha construido, y no tiene necesidades económicas porque ya las tiene totalmente resueltas. 

De todo un poco

¿Se pasa de copas?

Algunas veces me entono y entonada me vuelvo cariñosa. Risas.

¿De qué se  declara devota?

Creo profundamente en Dios y pare de contar. 

¿Cuál es su punto débil?

Que a veces soy muy ingenua y confío demasiado en la gente.

¿Qué la saca de casillas?

No soporto la injusticia. 

¿Qué la desvela?

Nada yo duermo en paz, tranquila.

¿Cuál es su fantasía?

Ver a mi familia unida, feliz, que la ciudad progrese y que las empresas vayan bien. Porque las fantasías de viajes,  ropa o lujos ya no las tengo. Mis fantasías son más en el amor, la vida, con mi esposo de quererlo y de sentir la pasión que siento por él.

¿Qué la hace sonrojar?

Soy tímida y a veces la gente lo confunde con vanidad. De pronto me hace sonrojar un pollo bien hermoso  o un piropo bien echadito. Risas.

¿A qué no renuncia?

A ser la mujer que soy: vertical y de carácter.  Tampoco renuncio a ser la madre, la esposa y la hija tan buena que soy, ni a mis amistades, ni a esta ciudad, siempre voy a estar aquí parada, mejor dicho de aquí no me mueve nadie.

Lidiando con los interesados

¿Usted es rica?

Yo no soy una mujer rica, sino exitosa. Riqueza es cuando hay mucha acumulación, pero no es mi caso, porque no tengo grandes propiedades o millones de dólares guardados. 

¿Qué tiene entonces?

Tengo unas empresas que tienen unos ingresos y unos gastos, que producen unas utilidades, que son pequeñas, y que con esas utilidades nosotros lo que hacemos es una responsabilidad social con todos esos trabajadores y la gente que nos rodea. Yo vivo bien, no me falta nada y ojalá como vivo yo, vivieran todos los colombianos.

¿Es generosa?

Sí, lo he sido toda la vida, y me da pena decirlo. Yo creo que el que mejor puede responder esa pregunta es la gente si me ve hambrienta, miserable o generosa.

¿Siente que a veces la gente se acerca a usted más por su posición y no por lo que vale realmente?

Hay de las dos cosas. Muchos me buscan por interés y muchos porque me quieren.

¿Logra diferenciarlos?

Sí. Me doy cuenta inmediatamente, lo percibo, tengo como un sexto sentido... a mí la gente me huele. Yo tengo una gran  percepción para entender quien me busca por interés y quien por amor. 

¿Qué hace ante esta situación?

A cada uno lo complazco, porque sé que este viene por interés y ese interés hay que satisfacerlo y ayudarle.  Lo mismo con el que viene por puro amor; es más a veces me manejo mejor con la gente que viene por interés.

¿Para que se siente joven y para que se declara madurita?

Me siento llena de vida y energía para disfrutar la vida a todo nivel, porque esta no es sino un ratico, y madura y serena para gobernar.

Credito
REDACCIÓN EL NUEVO DÍA

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