“El amor por el circo se lleva en la sangre”

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Fuera de la pista el temor a la muerte lo persigue, pero dentro de ella, esta se esfuma, precisamente cuando el peligro lo acecha, en virtud a los números de riesgo que debe ejecutar, entre ellos el globo de la muerte.

Hace 30 años nació en Cali, José Restrepo, en la cuarta generación de la familia de cirqueros Granda Vega iniciada por sus abuelos Ángel María Granda y Gala Vega. Sin embargo, con ese nombre es un personaje ‘x’ dentro de su círculo, en el que desde hace más de 20 años es conocido como Alex Granda o Pelusa.

Ese personaje que roba sonrisas o contagia de adrenalina a los visitantes del circo D’italia, espectáculo circense que continúa de temporada en Ibagué, le contó a EL NUEVO DÍA cómo es su mundo, en el que es un ‘todero’ consumado.

Oficia de anunciador, trapecista, acróbata, payaso, equilibrista y arriesga su vida en el globo de la muerte y en el péndulo fantástico, este último en el que hace tres años sufrió una fractura, por la que estuvo a punto de perder una mano. Realizar estos actos no es solo su trabajo sino su razón de ser.

Alex Granda, ¿cuál es el sinónimo que mejor le queda a su universo?

Magia y aventura.

¿Cuándo dejó de ser José Restrepo para convertirse en Alex y Pelusa?

Era muy niño cuando estos dos seudónimos me fueron puestos. El primero ocurrió estando subido en la cuerda de equilibrio y el presentador no sabía como me llamaba, por lo que me anunció como Alex, desde ahí todos me empezaron a llamar así, y Pelusa, porque una vez mi hermano mayor me rapó la cabeza y al tocármela les picaba.

¿Su acento es difícil de identificar, de dónde es?

Yo nací en Cali, soy colombiano, pero me he hecho fuera del país; hace cuatro años regresé a mi tierra.

¿Nació dentro del circo?

Sí, pero no porque sea una tradición que uno nazca allí, sino porque a mí me tocó hacerlo, debido a que a mi papá le gustaba saber de todo, no machista, y mi mamá como que le tenía miedo de decirle que tenía dolores, y cuando se dieron cuenta les tocó llamar a una partera para que me recibiera bajo la carpa.

¿Ha salido del circo?

Tuve una experiencia de quedarme en una ciudad por seis meses, pero para mí fue fatal. Trabajé como todas las personas iba a una oficina, pero el circo es todo para nosotros.

¿Qué diferencia vio?

Muchas cosas, entre ellas el horario, no por las madrugadas que me tocaba pegarme sino porque de repente cuando llegaban las 4 de la tarde me hacía falta ver las luces, a las 6:30 escuchar la música, las marchas del circo.

¿Cómo fue ese regreso?

Super rápido, llamé a mi hermano Wílmer Granda y le dije que estaba muy aburrido y me vine, y cuando regresé quise subirme a todo, fue una locura, como volver a vivir.

¿Qué lo llevó a

abandonar el circo?

Yo tengo dos hijitos y quise que estudiaran, de que tuvieran una carrera, lo hice por ellos, pero vi que eso no nos hacía felices. De hecho ahora en el circo hay colegio, y los niños están estudiando y están viviendo el mismo mundo que quisiera para ellos.

¿Es decir que quiere que sigan su herencia?

Sí, pero cuando ellos tengan la edad deberán tomar la decisión de seguir en el circo o irse.

En su caso, ¿cirquero hasta cuándo?

Hasta que mi diosito me recoja.

¿Se enamoró en el circo?

Sí, mi esposa es acróbata, en este momento está retirada, pero fue una de las mejores acróbatas de Colombia y el mundo, es rumana.

¿Cómo transcurre la vida dentro de una carpa?

Cuando nosotros éramos chicos vivíamos en carpa, en camerinos, es como un cuarto equipado, ya con los años, tenemos tráiler, es como en una casa normal, solo que es móvil.

¿Le gustaría que el circo dejara de ser nómada?

No, a mí me fascina conocer culturas y el cambio.

¿De todos los lugares conocidos cuál es el que más le ha fascinado?

He estado en Europa, Asia, Estados Unidos, en toda Suramérica, pero de todos no porque sea de aquí, el mejor país es Colombia, su naturaleza y paisajes son hermosos.

¿Se crean amores y odios dentro del circo?

Sí, a veces cosas muy malas, el mundo del circo es como cualquier sociedad.

¿Se pelea mucho?

Sí, y también hay celos, pero los inconvenientes desaparecen en la pista, por eso es que la gente a veces entra y dice esa personas siempre están riéndose, pero de las cortinas para allá hay muchas cosas.

¿Qué hacen el resto del día, antes de empezar a trabajar?

Yo mantengo muy ocupado porque hago parte de la administración del circo, que se debe manejar como una empresa, pero los artistas que tenemos, ellos se dan el tiempo de conocer la ciudad donde están, por eso nosotros decimos que nuestro trabajo son unas vacaciones pagadas.

¿A su esposa la conoció en el circo, pero ha tenido relación con mujeres de afuera?

Muchas, en especial con una, con quien traté de convivir, pero ella no se adaptó a mi mundo.

¿Cuál es el público más difícil de sorprender?

No recuerdo el nombre de la población, pero es un lugar cerca a Bogotá, donde cuando nos presentamos nadie aplaudía ni se reía, lo curioso es que todos los días se llenaba.

¿Qué es lo emocionante de vivir en un circo?

Que siempre al empezar rutina me erizo, como dice la chica de Colombia (Amparo Grisales).

¿Además de actuar

ve el show?

Sí, me fascina, soy loco viéndolo.

¿Qué le disgusta?

Que muchas personas nos miran como por debajo del hombro, como si no fuéramos nada, del resto me siento bien con lo que soy, y el circo me ha dado todo, moriría por él.

¡Qué payaso!

EN ESCENA

De todos los actos que realiza ¿cuál es su favorito?

El que siempre querré y llevaré en mi corazón porque me hizo salir adelante es el de equilibrio, pero en este momento estoy muy metido en el de payaso y en el globo de la muerte.

¿Cuándo ustedes están en el aire escuchan?

Sí, todo lo escuchamos porque cuando hacen las prácticas nos enseñan a estar concentrados escuchando, viendo y sintiendo.

¿Ha tenido accidentes?

Sí, en el globo, en el equilibrio y aparte he visto compañeros inválidos, muertos, fracturados he tenido muchas experiencias malitas.

¿A qué le teme?

A la muerte.

¿ Temiéndole a la muerte cómo hace esos actos de riesgo?

Porque me siento seguro en lo que hago.

¿Al verlo tan seguro en el globo de la muerte, uno dice es un macho, usted lo cree así?

Ahí no es que me sienta muy macho, pero sí muy profesional.

¿Cuál es su técnica

en el globo...

Siempre me ha gustado la adrenalina, pero cuando me da desconfianza algo yo cierro los ojos por unos dos o tres minutos, eso lo aprendí de un motociclista muy viejo que me dijo que en el momento que se fueran las luces y yo estuviera en el globo, que cerrara los ojos y que cuando volviera iba a ver claro no encandelillado, y lo practico así sea con la luz prendida.

Credito
EL NUEVO DÍA

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