Iván Quesada, el alcalde más guapo del Tolima

Aunque las damas se derriten por él, el mandatario local de Lérida dice que ni se siente ni se cree sexy. Y quién lo creyera, en la adolescencia era un patito feo.

Mientras muchas mujeres suspiran al ver pasar a Iván Alfredo Quesada, el alcalde de Lérida, este dice que solo tiene ojos para Milena, su esposa, y madre de su hijo de tres años: Samuel.

A esta pediatra, con quien comparte su pasión por las motos de alto cilindraje, la conoció en un baile y siente que fue amor a primera vista. Tras seis meses de relación se casó a escondidas por lo civil en julio de 2010, y formalizó su relación ante Dios en septiembre de ese mismo año.

Iván, o el alcalde atractivo del Tolima, como le llaman las féminas, confiesa que en su adolescencia el sobrepeso lo hacía ver y sentir como el patito feo de la clase, a la vez que se considera hoy como un bello alcalde porque ha seguido siendo el mismo muchacho humilde y carismático que era antes de alcanzar este cargo.

Para usted, ¿qué ha sido lo bueno y lo malo de ser alcalde?

Lo bueno es el aprendizaje constante que me hace un mejor ser humano, que hace que todos los días me convierta en un mejor gerente de mi municipio.

Lo malo, no contar con los recursos necesarios para llenar las expectativas de las comunidades, pero sin temor a equivocarme lo más malo es tener que soportar la actitud de personas que no les interesa aportar nada positivo para generar cambios, y que se dedican a intrigar, criticar y desunir.

¿Este cargo es como lo imaginaba?

No. Es mucho más complejo, pues se llega con mucha expectativa y ganas de hacer bien las cosas, pero al encontrarse con un panorama duro y poco alentador las circunstancias se complican.

¿Piensa continuar su carrera política después de finalizar su mandato?

Mi vida entera siempre está en las manos de Dios, sólo Él sabe qué me depara el futuro. Lo único que tengo claro es que quiero terminar mi alcaldía con la satisfacción del deber cumplido.

¿Cuál es su mayor crítico?

Mi esposa, Milena. Ella es como mi contraloría.

¿Usted ganó las elecciones por el verde de sus ojos o por las verdes esperanzas que dio a los hijos de Lérida?

De todo corazón confío en que haya sido por mis propuestas de gobierno, unas propuestas que nacieron de los mismos hijos de Lérida con quienes nos reunimos cuando recorrimos todo el municipio en campaña.

¿Usted es un alcalde bello o un bello alcalde?

Me considero un bello alcalde, en la medida en que no he cambiado mi forma de ser, pues sigo siendo amable y respetuoso con todos; como me dicen jocosamente, ‘sigo siendo más saludable que un Alka-Seltzer’.

Muchas mujeres lo consideran muy atractivo. ¿Le han hecho ‘encerronas’?

Sí, pero jocosamente.

¿Qué dice su esposa de que le echen piropos?

Ella es una mujer muy tranquila y sabe lo que tiene en la casa.

¿Su aspecto físico le abre puertas?

La parte física ayuda, pero no es lo más importante, no es lo esencial; creo que es más mi forma de ser la que ayuda.

¿Usted se siente sexy?

Ni me siento ni me creo sexy.

¿Siempre fue un cisne?

No, fui un patito feo, para ser exacto en la adolescencia, era bastante gordito. Realmente fue una época complicada para mí, por fortuna eso se superó.

Muy personal

Pensando en la ley

Alcalde, ¿la orden de 15 días de arresto lo puso a temblar?

Más que miedo sentí tristeza, por tener que pagar por los errores e irresponsabilidades de otros, aunque tenía mi conciencia tranquila, pues hice las gestiones que estaban a mi alcance para cumplir con el fallo.

¿Cree 100 por ciento en la ley?

La verdad, en Colombia existe una inseguridad jurídica terrible, que hace que la percepción de todos frente a la imparcialidad de la justicia quede todos los días en tela de juicio.

Usted, que es abogado, ¿qué piensa de los torcidos que hacen algunos colegas?

Que son mal testimonio de lo que significa ser abogado, y que pagamos justos por pecadores.

¿Qué es lo más torcido que

ha hecho?

Cuando tenía 11 años, ser cómplice de mis amigos del barrio para que robaran chocolatinas americanas de un supermercado cercano a nuestra casa.

Credito
EL NUEVO DÍA

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