“La política compite con las parejas”

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El diputado y exalcalde de Ibagué abrió su casa a En La intimidad con, para contar sus penas, sus glorias y su gran frustración: no haber sido cantante. A la vez que dice que no le ha tocado nada de la torta burocrática.

La Estrella, la casa de Álvaro Ramírez, es quizá una de las viviendas que más curiosidad causa entre los ciudadanos de a pie, a raíz de las decenas de historias que se han tejido desde 1995, cuando su dueño llevó las riendas de Ibagué.

Algunos señalan que en ella el exalcalde enterró en canecas una gruesa fortuna, obtenida de recursos públicos, que posteriormente le fueron robadas; mientras tanto, otros la refieren como una mansión con piscinas de olas, y puertas automáticas que su propietario puede activar a kilómetros de distancia. Pero qué hay de verdad y fantasía, es la inquietud que llevó a En La Intimidad con... a recorrerla.

La casa campestre está erigida en un terreno de 10 hectáreas y colinda con el jardín botánico San Jorge. La separa de la carretera una amplia puerta metálica, que al cruzarle deja a la vista una modesta piscina, y a su lado la edificación de dos plantas; en la primera, la cocina y varias salas de estar, cada una con un ambiente distinto, pero con un hilo conductor común: el arte, que se repite en el segundo piso, donde están las habitaciones, y las salas de descanso y de hamacas, esta última con vista a un hall y a la zona verde, desde donde, cuenta el anfitrión, es el punto clave para dar sus discursos cuando tiene invitados, que no son pocos, ha llegado a reunir hasta dos mil 500 personas.

En el amplio terreno adornado con plantas ornamentales y una que otra mata de plátano, hay dos construcciones más, en el centro un kiosco, preparado para eventos sociales, y una pequeña casa, donde habita la familia encargada de los quehaceres del hogar, y del cuidado de Happy, Pipe y Tomás, tres labradores; un gato y 10 gansos, los residentes y acompañantes del político.

¿Qué encuentra en esta casa que no halla en otro lugar?

Tranquilidad y aire puro. Vivo todo el día rodeado de mucha gente por mi actividad política y eso produce una especie de estrés que va cansando, pero cuando llego aquí se van mis preocupaciones, y ha sido fundamental en mi recuperación luego de la cirugía de corazón abierto, que me tuvo casi al otro lado.

¿Qué tan cierto es que se le robaron unas canecas llenas de dinero que tenía aquí enterradas?

Eso no es más que una leyenda que se inventó una mentalidad inquieta, más que perversa.

¿A qué obedece el cuento?

Como yo he sido un gobernante correcto, no corrupto, y no me pudieron perjudicar se inventaron un cuento como esos que no se lo cree nadie. Si ustedes analizan en la historia de Ibagué en la época en que yo fui alcalde pueden averiguar si se perdió alguna plata, si no se hicieron las obras, o se desaparecieron los recursos; yo creo que antes aumentaron los recursos con la llegada mía; es más creo que fue la etapa de mayor desarrollo en toda la historia de esta ciudad, no más en tres años.

Cuando fui alcalde traje 14 universidades, fundé cuatro colegios, convertí en instituciones educativas 40 escuelitas que estaban a punto de caerse; ayudé a la Universidad del Tolima, al Conservatorio, y por eso creo que me inventan tantas cosas.

¿Y los que dicen que la plata que ha conseguido la malbarató en muchachitos, también lo inventaron?

De eso prefiero no hablar porque la gente es tan perversa que inventa cantidades de cosas, tal vez los que las inventan lo hacen más ellos que yo. ¡Tengo mi conciencia tranquila!

Usted está soltero. ¿Cómo es esa persona con la que espera terminar sus días?

El amor principal ha sido mi madre y mis hermanas. He tenido mis cosas con unas damas muy queridas que no las voy a mencionar, algunas hoy viven en el país y otras fuera. Me gustan las mujeres delgadas, de buena estatura y que mantengan alegres.

¿Le tiene cerrada la puerta al amor?

Yo no es que tenga mi corazón cerrado, a pesar de que el año pasado casi que me lo cambiaron.

¿Cómo conquista y lo conquistan?

Me conquistan con acciones, y yo conquisto con acciones y detalles, mas no pienso que uno debe conquistar por la apariencia física.

¿Hace cuánto no tiene a nadie en su vida?

Diría que desde que estoy en una Corporación, porque me dedico demasiado a ese trabajo y a las mujeres no les gusta que no se les preste atención. La política compite con las parejas.

¿Soltero, pero también célibe?

Yo no creo, eso produce cáncer.

Sin tapujos

¿Cuál es su frustración?

Si con algo soñé fue con ser un gran cantante. Me gustaba ver a los cantantes rodeados de 20 o 50 mil personas, y gracias a la política he podido experimentar la emoción de ver gente esperándolo a uno.

¿Cuando se sueña siendo cantante se ve como Juan Gabriel o Vicente Fernández?

Ninguno, siendo Álvaro Ramírez.

¿Se ha atrevido a cantar en público?

He cantando en la casa en reuniones, hacemos concurso de canto y quedo siempre de último y hasta he participado en karaoke.

¿Cuál es su vicio?

Estar bien

¿Cuando se mira al espejo le gusta lo que ve?

No me gustan ciertas cosas.

¿Cuál es su mayor atractivo?

Mi sonrisa, porque me lo han dicho.

¿Lo ha perdido?

En una ocasión cuando estaba en la Alcaldía una persona muy cercana me dijo ‘oiga, Álvaro, usted por qué ha perdido su principal atractivo: su sonrisa, lo estamos viendo con una cara de ogro y ese no es usted, y me puse a analizarme, me miré al espejo y era otra persona, eso me hizo reflexionar.

¿En qué cree?

En Dios y en que el destino de uno está marcado.

¿Ha intentado averiguar cuál es el suyo?

Una vez siendo candidato a la Alcaldía me hicieron una regresión, no es que yo crea mucho en eso, pero alguna cosa tiene que ser, según lo que vi en otras vidas había sido siempre un líder político, un militar y una vez un monje.

¿Qué odia de los políticos?

La falsedad, la hipocresía de algunos y, lo que más detesto, la corrupción.

¿Liberal para qué?

Para todo.

¿Cuál es su lado más conservador?

Es querer a la gente como la quiero y mi completa fe en Dios.

¿El poder lo seduce?

Yo creo que a todos los que queremos servir nos seduce el poder porque es necesario para poder desarrollar lo que uno tiene en mente, sino se tiene poder difícilmente se pueden hacer las cosas.

¿Es verdad que Carmen Inés Cruz quiso tumbar el viaducto del Sena que usted hizo construir?

Sí. No solo eso sino todo ella lo quería tumbar.

¿Qué piensa de la exalcaldesa?

Prefiero de ella no comentar nada.

EN LA CURUL

¿De todos los diputados con quién tiene más feeling?

Con todos hay una buena relación, hay confianza, pero con quien mejor me entiendo es con Alejandro Martínez.

¿Le va bien con los diputados, y con las diputadas?

Tenemos solo dos mujeres en la Corporación y compartir con ellas es muy especial. Ellas ayudan a que sea más tranquilo, más metódico y más prudente.

¿Alejandro Martínez es su ‘parcero’, pero quién lo saca de casillas?

No soy tan fácil de irritar, analizo primero a las personas y pienso antes de cualquier reacción, porque lo primero que hago todos los días es pedir a Dios que me dé sabiduría, paciencia, tolerancia y comprensión, lo demás viene por añadidura.

En la Duma están los diputados contradictores y los acomodados, ¿a qué bando pertenece Álvaro Ramírez?

Yo estoy en el momento en que se presenten proyectos de ordenanza o proyectos interesantes que favorezcan al pueblo y el Departamento, y si creo que no son convenientes, los voto negativamente.

¿Entonces no se acomoda?

Eso no es acomodarse, sino tener conciencia de que uno llega allí para cumplir unos compromisos que pactó con la comunidad.

¿Con quién le ha ido mejor, con Barreto o con Delgado?

Yo no busco que me vaya bien con el uno o con el otro, yo voy para que le vaya bien al Departamento y a la gente, para mí eso es más satisfactorio, porque yo no busco nada para Álvaro Ramírez, sino que me conformo con lo que recibo de acuerdo con la ley.

¿Cuál de los dos enmermela más?

La verdad no sé, porque conmigo no ha habido mermelada de ninguna clase y por eso digo que no soy de los que piensan que uno debe valerse de un puesto para conseguir cosas para beneficio propio, eso yo lo llamo corrupción y yo no soy de los que participan de eso.

Si se trata de mermelada para ayudarle a un barrio para que le pavimenten sus calles, o para que le arreglen su parque o para ayudarle a los deportistas para que los patrocinen, pues puede ser de los que más mermelada ha conseguido.

¿Y en cuanto a la repartición de la torta cómo le ha ido?

Tampoco he participado de la torta, yo en el primer periodo llegué cuando ya eso se había hecho y en el segundo no entré a las mayorías de la Asamblea.

Credito
EL NUEVO DÍA

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